

La psicóloga y Sexóloga, Silvina Lizarraga, en su columna semanal de los viernes en Política del Sur, analizó la problemática que atraviesan muchas parejas de no saber cuál es el mejor momento para hablar de cuestiones sexuales, ya sea de gustos, fantasías o preferencias, que poseen los integrantes de una relación sexoafectiva.
“Cada pareja tienen que encontrar su timing para hablar. Es muy importante que sepan en qué momento conversar del tema, conocer cuándo es posible acercarse al otro para hacerlo y de qué modo. El momento y el modo son dos puntos muy importantes a tener en cuenta”, afirmó.
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— Política del Sur (@PoliticaDelSur1) October 20, 2023
En esta línea, determinó que “puede ser que mientras estoy atareada con el trabajo o con los chicos no es momento de ponerme a hablar y tampoco en el momento justo en el que estamos teniendo un encuentro sexual, si no que es conveniente hacerlo por fuera de la cama para no contaminarla con las conversaciones porque hay veces que eso genera cierto malestar”.
“Eso hace que uno pueda estar más relajado para hablar, comentar qué necesitaría, que querría, y también para poder plantear cosas que sucedieron y que quieren cambiar o sumar”, agregó pero asimismo consideró que “esto no significa que si estamos tendiendo un encuentro sexual se pueda comentar sobre algún juego que uno desea que continúe, por ejemplo”.
También informó que “muchas parejas que me consultan dicen que esperan a hablar del tema en la sesión porque no se animan a plantearlo solos. Esto se debe a que el espacio terapéutico es un lugar neutro donde se genera un clima de seguridad y confianza permitiendo que se sientan acompañados y acompañadas para hacerlo”.
De esta manera, determinó que cuando una de las partes plantea dialogar sobre el tema en dicho espacio, “la otra persona siente que está comprometido o comprometida con el tratamiento, que hay algo que le está pensando, que está sintiendo y que lo posterga para hablarlo mejor y con más tranquilidad y así no lastimarse mutuamente”.
“Es lo mismo que sucede cuando una persona tiene un problema de erección o de eyaculación y la pareja le dice que consiguió un turno con un sexólogo; al otro le alivia porque está haciendo algo, quiere mejorar, entonces da tiempo, pero si el otro no se compromete, no tiene sentido hacerlo. Cuando hay compromiso se puede dar una complicidad diferente”, concluyó.