domingo 22 de junio de 2025 - Edición Nº2391

Lanús | 2 ago 2023

EL QUE MUCHO ABARCA POCO APRIETA

Grindetti atrapado entre la imagen represora de Bullrich y su propio escándalo policial

La intendencia de Lanús, la precandidatura a gobernador y la presidencia de Independiente. ¿Cómo le incide la violencia en el club? ¿Crece su representación electoral más allá de su núcleo duro? ¿Con qué imagen llega a las PASO?


Por: Ricardo Carossino

El intendente de Lanús, Néstor Grindetti, pasa por estos días una tormenta de escándalos que intenta dar vuelta reinterpretando una lectura de la realidad que sólo le está sirviendo para alimentar más a sus fans de Twitter que aprovechan para desgranar comentarios racistas.

Ante un escrache que Patricia Bullrrich recibiera en San Luis, el presidente del Club Independiente sentenció: "Con los violentos no se dialoga. El kirchnerismo apela al escrache y la intolerancia", con una postura que dista mucho de su ex personalidad componedora y moderada.

Este comentario de Grindetti exacerbó aún más a sus votantes que comentaron: “Estás rollingas me dan tanto asco”, “olor a camporongas”, “son energúmenos, “desde acá se huele el olor a mugre” y “flequillito, roñosa y malhablada”.

La contradicción en la creación de sentido en las filas del PRO es merecedora de una mención especial, pero dejando de lado un análisis tan fino, lo que se puede añadir al respecto es que el precandidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires, no estaría ampliado la presentación electoral, sino todo lo contrario, apenas fortaleciendo ese núcleo duro violento y discriminador.

Una nota en un diario de alcance nacional, sospechosamente condescendiente, fue publicada horas después del escándalo mayúsculo que sufrió su figura institucional ante la derrota de Independiente con Boca Juniors.

Según la nota, en su recorrida por La Plata, Grindetti habría sido “ovacionado como una estrella de rock”, refirió el cronista. Luego, según el periodista, el precandidato amarillo desplegó su arsenal de figuraciones retóricas que le impuso Mauricio Macri y Patricia Bullrich: inseguridad y el titular de Suteba, Roberto Baradel, la crítica obvia al gobernador Axel Kicillof, una mención a la inflación y eso fue todo: o sea, cero propuestas.

En este raid de apelaciones a un supuesto estado de violencia en la sociedad que él como Bullrich solucionarían con las Fuerzas Armadas en las calles, la misma violencia que dice rechazar, es la que manchó su gestión en Independiente con la consabida polémica que lo pone en el centro de las críticas.

Lejos de un debate propositivo y real sobre situaciones concretas de la Provincia de Buenos Aires, o al menos de un análisis más profesional con rigurosidad científica sobre la violencia, Grindetti quedó atrapado en un ida y vuelta con el ministro de Seguridad, Sergio Berni, y el Aprevide, luego de la represión en el estadio del rojo el pasado fin de semana.

A sólo dos semanas de una elección, Grindetti tiene que ponerse a aclarar que él no dio la orden a la policía para reprimir a los hinchas que reclamaban por una gestión más exitosa. En medio de esa discusión se intentó instalar que habían sido “barras bravas”, los que habían sido reprimidos, pero las imágenes multiplicadas en las redes dieron cuenta que se trató de simpatizantes genuinos.

El Aprevide pegó duro en su comunicado: “El intento de politizar la intervención policial, solicitada por el propio club, es una demostración de la falta de competencia de la dirigencia para llevar adelante la responsabilidad de organizar un partido de futbol”.

Grindetti rechazó la acusación de la Agencia de la Prevención de la Violencia en el Deporte y señaló una supuesta conspiración política que según el intendente de Lanús habría sido una “opereta” orquestada por el gobernador Kicillof y su ministro de Seguridad, Sergio Berni.

Berni tampoco se ahorró la crítica y no se hizo responsable: “Como es de público conocimiento, la seguridad puertas adentro del club, es responsabilidad de las máximas autoridades, o sea, del señor Grindetti. Ante la triste situación que se generó al no cumplir con las expectativas prometidas, y como todos sabemos que en los momentos difíciles Grindetti se borra”.

Más allá de quien tenga o no razón en cuanto a quien da la orden dentro del estadio para reprimir una protesta, es la polémica manchada de violencia y derrota, la que salpica más al precandidato a gobernador que al presidente del club.

Ya se había analizado en Política del Sur, cuando Grindetti asumió de manera definitiva al frente del “rojo”, que se compraba un problema y que se lo vendía Hugo Moyano, con el moño de la huida insólita del empleado del Grupo Clarín, Fabián Doman: una precandidatura a gobernador atada a un club grande que pelea el descenso. ¿Fue inteligente esa movida?

Al mejor estilo Sergio Massa (agarró todo para mostrar ejecutividad y decisión en los momentos difíciles), el amigo de Mauricio Macri quiso mostrarle al mundo que podía con la intendencia de Lanús, con la precandidatura a gobernador y con el Club Independiente. Pero a diferencia de Massa, lo hizo sin los consensos necesarios para surfear las olas gigantes.

La pregunta ahora es, si esta polémica y las imágenes de caos en su gestión en el rojo van o no a incidir en su precandidatura y en la precandidatura de Diego Kravetz en Lanús, que desde luego evitó opinar al respecto. En apenas dos semanas se sabrá qué piensan los bonaerenses de Néstor Grindetti y de sus tres frentes.

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