

Por: Federico Cedarri
El peronismo bonaerense lleva a cabo una trabajosa campaña en el conurbano bonaerense donde el gobernador Axel Kicillof se apoya afanosamente en los alcaldes de los distritos más densamente poblados para buscar de esa manera apuntalar las chances de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires.
El Gobernador cree a rajatabla en el poder territorial de los caciques del Gran Buenos Aires y es por eso que no duda en ir a sus brazos buscando consolidar fundamentalmente el voto duro que se concentra en ese reducto de la provincia que representa casi el 60% del electorado total.
Lo paradojal es que los intendentes del conurbano eligen mostrarse en los carteles proselitistas con el Gobernador y la vicepresidenta Cristina Kirchner y hay poca gigantografía que los emparente con el candidato presidencial, Sergio Massa: “Axel mide bien en el conurbano pero Massa viene retraído, los intendentes juegan la suya siempre”, explica a PDS un legislador provincial peronista que conoce el paño.
De hecho, Kicillof asume como prédica la idea de sumar votos para su postulación a como dé lugar y en ese menester es que también alterna en su recargada agenda alguna que otra recorrida de campaña junto al otro candidato oficialista, el invisibilizado Juan Grabois.
Hay algunos sondeos que manejan en el Palacio de calle 6 que anticiparían que el referente social podría obtener un número ligeramente superior al 6% en la PASO contra Massa y eso al gobernador le interesa de sobremanera: “Axel apuesta a sumar de todos lados, él es candidato único y debe engordar su adhesión”, se escucha cerca del mandatario.
Kicillof ha diseñado una campaña donde pone el acento en lo que ha sido la gestión de estos cuatro años a lo que ensambla la preeminencia de su Plan Seis por Seis con el que promete consolidar en un próximo mandato el proyecto de desarrollo y de impulso a la infraestructura que la provincia reclama.
Sobre esa temática es que trabajará durante la campaña hacia la PASO, buscando atornillar el voto duro también y eventualmente captar a los moderados que valoran las obras y los avances acecidos durante estos cuatro años.
Son conscientes de que será un arduo trabajo tomando en cuenta que deberán remontar la cuesta arriba que les ha dejado la mala performance del gobierno de Alberto Fernández con su lastre de indicadores de alta inflación y el consecuente crecimiento de la pobreza.
La remozada cara que se le intentó dar al otrora fenecido Frente de Todos con el alumbramiento de Unión por la Patria no alcanza a ocultar la desilusión de muchos votantes peronistas que hoy día se caratulan como desencantados y que aún más grave no se muestran predispuestos a ir a votar.
"Hay que levantar en la Tercera ya que allí en el 2021 sacamos el 45% nada más, sino movemos el amperímetro en ese lugar estratégico va a estar complicada la elección para Axel y Massa”, sostiene un diputado peronista que monitorea los números provinciales.
En la gobernación bonaerense saben que la tarea de convencimiento será a destajo y que para eso deberán apelar a la militancia y al trabajo territorial de los alcaldes aliados para volver a encender la llama de la épica.
Kicillof encarará las últimas tres semanas rumbo a la PASO actividades en conjunto con el ministro candidato Sergio Massa para impulsar al tigrense y al mismo tiempo formará parte de la escenografía de las programadas y acotadas apariciones de la Vicepresidenta Cristina Kirchner en el conurbano bonaerense.
El gobernador Axel Kicillof avanzará en el tramo final de la campaña hacia agosto atacando resueltamente a las administraciones de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal, haciendo hincapié en la quiebra de pymes bonaerenses que se produjeron entre 2015 y 2019 y fundamentalmente resaltando el endeudamiento externo heredado de la gestión de Mariu.
El Gobernador bonaerense se siente a sus anchas en ese escenario y machacará todo el tiempo sobre lo que podría desencadenar un hipotético gobierno de Juntos por el Cambio: represión y quita de derechos adquiridos.
En rigor, el objetivo es mostrar que más allá de las dificultades acaecidas durante el actual mandato en la provincia- pandemia mediante- su gobierno mantuvo la asistencia social y los salarios de estatales y docentes no perdieron contra la inflación.
Además resaltará el aporte crediticio del Banco Provincia a la producción y al sostenimiento del consumo: “La elección es determinante porque se deberá decidir entre dos modelos, el de la ampliación de derechos y el de la quita de los mismos”, advierten.
Más allá de las chicanas de campaña, en la gobernación bonaerense hizo ruido el contundente triunfo de Juntos por el Cambio en Santa Fe que casi ninguna encuesta predijo y más allá de que no son partidarios de traspolar escenarios de otras provincias hacia Buenos Aires siembra alarma el marcado crecimiento de un votante que no da pistas sobre su comportamiento y que solo develará sus preferencias el 13 de agosto.
El temor en el entorno del Gobernador radica en que como ocurrió en Santa Fe pueda llegar a producirse una suerte de voto oculto que se manifieste contra el oficialismo.