jueves 26 de junio de 2025 - Edición Nº2395

Provincia | 6 jul 2023

Disidencias amarillas

El PRO teme al efecto del día después de la interna

La escalada verbal entre los presidenciables amenaza con una diáspora de los votos de Patricia Bullrich hacia Milei si no ganara la PASO. Del mismo modo operadores bullristas sospechan que la estructura del Jefe de Gobierno porteño podría moverse a desgano si saliese victoriosa la Piba.


Por: Federico Cedarri

El puntapié inicial de la campaña electoral rumbo a la PASO en el PRO sigue en llamas y el temor que ronda en los dos campamentos, tanto en el de Horacio Rodríguez Larreta como en el de Patricia Bullrich, es cómo se sigue el día después de la interna.

Es que la escalada ha ido in crescendo a lo largo de los últimos días y si bien luego de las descalificaciones personales que la Piba le espetó al Pelado sus operadores tomaron conciencia de que debían rebajar unos cambios, las relaciones están deterioradas.

No existe diálogo fluido entre los dos candidatos y nada avizora que de aquí hasta la PASO pueda eventualmente aparecer alguna foto conjunta de los pretendientes amarillos.

Bullrich juega a fondo y endurece su discurso buscando el voto duro del PRO más que pensando en la elección general: “Ya habrá tiempo de adaptar el discurso hacia el 22 de octubre”, explica un legislador provincial ligado a la ex ministra de seguridad.

También ha acentuado la Piba las recorridas por el conurbano buscado apuntalar a su candidato a gobernador, Néstor Grindetti, que arranca, según admiten dentro del propio campamento del lanusense, una luz de puntos detrás de Diego Santilli.

En tanto, Horacio Rodríguez Larreta prioriza la moderación y elige mostrarse amplio y condescendiente con los distintos socios que integran su frente: “Horacio es una paloma, no lo vas a ver sacarse como Patricia, tiene otro estilo y sabe que para gobernar no hay que perder la paciencia”, suelta otro legislador provincial que reviste cerca del espacio del alcalde porteño.

Con todo, el Pelado ha comenzado a endurecerse en sus consideraciones hacia el ministro de Economía, Sergio Massa, lo relaciona sin más con el kirchnerismo y hace hincapié en que el tigrense es parte indisoluble del traspié del Frente de Todos.

Desde el larretismo sostienen subterráneamente que la provincia de Buenos Aires será clave para ganar la contienda interna, están convencidos que el aporte que piensan recolectar en el conurbano bonaerense sería definitorio y a Bullrich no le alcanzaría para compensar pese a la ventaja que pueda eventualmente sacar en el interior por el apoyo de buena parte del radicalismo bonaerense.

El Jefe de Gobierno porteño y la ex ministra de seguridad reiteran hasta el cansancio que luego del proceso interno seguirán juntos y que la estrategia discusiva tendrá que ver con priorizar una unidad que tenga como objetivo central sacar al kirchnerismo del gobierno.

Sin embargo, hay dirigentes larretistas que no descartan un éxodo hacia Javier Milei de parte de los puristas amarillos, como también sospechan cerca de la Piba de que si pierde el porteño su estructura podría trabajar a desgano rumbo a octubre.

En rigor, la desconfianza no amaina entre los dos bandos y aumenta el nivel de confrontación que podría desembocar en una fractura no deseada pero indefectible.

El jujeño Gerardo Morales echó más leña al fuego al marcar públicamente algo que piensa en su fuero íntimo el alcalde porteño: que Bullrich responde sin miramientos a los mandatos de Mauricio Macri.

De todas formas, los operadores de ambos bandos descartan que se vaya a llegar a una instancia de ruptura e insisten con la necesidad de conformar un espacio sólido después de la PASO para enfrentar con chances ciertas al oficialismo en octubre.

La difícil empresa de la unidad

En el centro de gravitación de la fuerza amarilla se sigue con atención el crudo enfrentamiento entre radicales en la provincia de Santa Fe que amenaza con generar un episodio que podría desencadenar un sismo político en el frente opositor: la senadora Carolina Losada admitió que no hará campaña para el evolucionista Maximiliano Pullaro si aquel llegara a ganar la interna del próximo 16 de julio.

El derrame de una situación análoga entre los presidenciables del PRO desvela a los principales operadores del bullrismo como del larretismo, si bien los dirigentes insisten en que no habrá cisma sí genera dudas la contención de los votantes luego de la PASO.

“Después tenemos que seguir todos juntos no podemos entrar en el juego que quiere el kirchnerismo para tener una mínima chance de ganar”, explica un legislador amarillo a este portal.

En el bullrismo, descartan de plano la posibilidad de un corrimiento de sus votantes hacia Javier Milei arguyendo que el libertario tendrá una elección en el orden de los 15 puntos en la PASO y luego primará el voto útil hacia el candidato más votado en la interna de Juntos por el Cambio: “Cuando tenés el poder cerca se unifica todo, nos une el espanto al kichnerismo y no el amor”, ensaya una explicación ante PDS un diputado bullrista.

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