domingo 29 de junio de 2025 - Edición Nº2398

Provincia | 4 may 2023

Definiciones peronistas

Cristina busca una opción moderada para confrontar a Milei y desdibujar a Juntos por el Cambio

La Vicepresidenta no participaría de ninguna contienda electoral al tiempo que sube al ring al libertario buscando polarizar. Apoya a Massa para que sea el candidato del consenso y lo despega piadosamente de la crisis económica culpando al FMI y a Martín Guzmán.


Por: Federico Cedarri

La reaparición pública de Cristina Kirchner en el majestuoso Teatro Argentino de La Plata dejó cada vez más en claro que la intención de la Vicepresidenta de no participar de la contienda electoral se mantiene incólume, pero también dejó implícito que no abandonará una centralidad política que le permitirá convertirse en la gran electora de su espacio político.

Cristina volvió a reafirmar su alianza con el ministro de Economía, Sergio Massa, e hizo malabares dialécticos para despegarlo de la grave crisis económica y del rebrote inflacionario explorando una mezcla de culpas repartidas entre el FMI, con el cual el titular de Hacienda mantiene negociaciones cruciales para lograr un adelanto de dinero que permita tranquilizar las variables financieras; y el ex responsable de las finanzas Martín Guzmán por haber firmado el entendimiento con el organismo multilateral de crédito.

La Vicepresidenta espetó que los niveles de inflación se deben en gran parte al acuerdo firmado allá por enero de 2022 por lo que le dio el aval a Massa para afrontar sin pre conceptos la negociación para flexibilizar las metas.

En rigor, el primer disparador de las palabras de Cristina pasa por el blindaje que el kirchnerismo le brinda a Massa ante los cuestionamientos que emergen por el aumento precipitado de los precios y la escasez de dólares.

La Vicepresidenta asume que luego de la corrida bancaria de finales de abril habrá un importante traslado al nivel de inflación que se conocerá el 12 de mayo, además de la consiguiente repercusión en términos de aumento de la pobreza.

Es por eso que el objetivo pasa por presentar a Massa como el arquetipo que evitó el colapso económico aunque a cambio de eso se procedió a la suba de tasas más elevada de los últimos años, situación que podría contribuir a frenar la actividad económica y aumentar las posibilidades de un escenario de estanflación.

De todos modos, hoy el kirchnerismo brega porque Massa sea el candidato del espacio secundado por alguien cercano a la Vicepresidenta, el ministro del Interior, Eduardo de Pedro.

El titular de Economía ya avisó que en caso de ser el postulante del oficialismo, todavía no se decide aunque prometió un definición para fin de mayo, deberá tener el apoyo de los todas las vertientes del Frente de Todos, en concreto un candidato sin cuestionamientos.

La otra presunción que dejó el discurso de la Vicepresidenta tiene que ver con la estrategia que alumbra de buscar, como siempre lo ha hecho el kirchnerismo, una figura contrapuesta contra la cual confrontar: en esta ocasión el elegido es Javier Milei.

Con esta jugada, Cristina apunta a subir al ring al libertario apostando a que los votantes del bullrismo, si es que Larreta gana la PASO, puedan volcarse hacia a él y dejar a Juntos por el Cambio tercero: descuenta que en un ballotage la gente votaría a alguien con experiencia política ante las inconsistencias que exudan del libertario en algunas cuestiones como la dolarización que espantan al círculo rojo.

Ante esta circunstancia es que desde las huestes del Instituto Patria se estaría apuntalando en esta ocasión la opción de un moderado, alguien que confronte con las excentricidades de un Milei más alimentado por la bronca social que por el apego a sus propuestas.

El albertismo sigue exigiendo internas

Más allá de la notable pérdida de influencia dentro de la coalición gobernante que por estos días ostenta el albertismo, sus laderos continúan involucrados en la premisa que les trasmite su jefe: la necesidad de internas en el Frente de Todos.

En los últimos días, se llevaron a cabo reuniones de ocasión entre el camporista Wado de Pedro y el canciller Santiago Cafiero para ir estableciendo borradores con pautas de convivencia en caso de materializarse un proceso interno.

El kirchnerismo se mantiene inflexible en que solo se habilite la PASO en aquellos distritos donde no se lleguen a acuerdos, pero a nivel nacional sostienen que la fórmula debe ser unificada.

Con la convicción de que se debe seguir apostando a una imagen de recato, Cristina también habría dado el visto bueno para que vaya precalentando Daniel Scioli.

El ex gobernador bonaerense activó profusamente la actividad en sus oficinas de San Telmo con su alter ego Alberto Pérez a la cabeza, al tiempo que comenzó a mostrarse como el candidato que preservará los derechos adquiridos ante lo que presupone una derecha agazapada que amenaza con profundizar el ajuste.

Cristina tiene claro que cualquier candidato que ponga en la cancha el Frente de Todos debe ensayar un despegue del gobierno de Alberto Fernández, es por eso que la Vicepresidenta en todos sus discursos refiere conceptos altivos de las dos presidencias que encabezó entre el 2007 y el 2015, ignorando la gestión actual.

Sin embargo, sin algún tipo de negociación con el albertismo le será difícil a Cristina conseguir el auspicio para un candidato de consenso, aunque nadie vislumbra por el momento que la Vicepresidenta y Massa puedan eventualmente sentarse en un mismo espacio para discutir con Alberto Fernández sobre candidaturas y estrategia electoral, como pidió con algo de incredulidad el ministro de Obras y Servicios Públicos de la Nación, Gabriel Katopodis.

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