

Por: Federico Cedarri
El gobernador bonaerense Axel Kicillof infló el pecho y se sintió uno de los principales artífices de la tempranera renuncia de Alberto Fernández al intento de un segundo mandato presidencial.
Es que el mandatario bonaerense había lustrado una estrategia, con el lógico apañamiento de Cristina, que amenazaba con desdoblar los comicios bonaerenses y restarle a Fernández el apoyo trascendental del poderoso aparato del peronismo bonaerense.
Finalmente el Presidente dio el tan ansiado paso al costado por el que bregó el kirchnerismo incansablemente, pero las preocupaciones de Kicillof no amainaron ni un ápice: La Cámpora lo sigue instando a que salte a la arena nacional y encabece la fórmula presidencial del Frente de Todos si Cristina no revierte su negativa.
El Gobernador repite como un mantra que se quiere quedar en la provincia a buscar la reelección y que solo estaría dispuesto a despojarse de su pretensión e ir como candidato presidencial del consenso, aunque a regañadientes, si Cristina se lo implorase.
La Cámpora tiene sus internas en la provincia, habría una relación quebrada entre el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, y Máximo Kirchner.
El Cuervo fundó una agrupación, La Patria es el Otro, una suerte de escisión rebelde de los mandatos de Kirchner que parece quedarse cada vez más aislado en sus decisiones y que solo cuenta en el haber con la estratégica alianza que lleva adelante, por el momento, con los alcaldes del conurbano.
Kicillof mantuvo antes del encuentro del PJ el pasado viernes una reunión intempestiva con Cristina y después llegó presuroso hasta la sede de Matheu en CABA.
El Gobernador le habría expresado allí a la ex presidenta su intención fehaciente de ser candidato y la intención de guardarse en la manga el recurso del desdoblamiento electoral en la provincia con la intención manifiesta de guarecerse ante una hipotética derrota nacional que pueda arrastrarlo sin contemplaciones.
Más allá de que no habría obtenido una explícita y definitiva confirmación de Cristina a su candidatura a la reelección a la gobernación, la ola de rumores volvió a posicionar al mandatario bonaerense en la grilla de presidenciables: “Axel es el único candidato que absorbe la totalidad de los votos de Cristina en el conurbano, por eso es una buena opción en Nación y Provincia a la vez”, explica a PDS un legislador peronista ligado a los intendentes.
Cerca del Gobernador admiten que durante el acto en Magdalena, donde se llamó a licitación para la construcción de un nuevo canal, Fernández no anticipó ni una sola palabra de la renuncia pública a la reelección que vertiera horas después: “Jugó con el factor sorpresa”, admiten en el palacio de calle 6.
Kicillof se ha envalentonado con la corrida de la escena electoral de Alberto, es que no estaba en sus cálculos correr hacia la PASO con el Presidente en la boleta: “Era un ancla y necesitamos alguien que arrastre desde arriba”, sueltan al lado del mandatario provincial.
El Gobernador insiste con la necesidad de que Cristina figure en la papeleta oficialista, más allá de que sostiene en público y privado que la Vicepresidenta es la mejor candidata presidencial del oficialismo y aguarda con cierta expectativa su próxima jugada, abona más la hipótesis de que su nombre aparezca impreso al frente de la oferta provincial como candidata a senadora nacional.
El verdadero objetivo del kirchnerismo y de la propia Cristina es retener la provincia de Buenos Aires, y la ausencia de figuras de fuste para capear el temporal que amenaza ser la elección presidencial es un indicativo de que la Vicepresidenta volvería a apostar su suerte política en el distrito que ha adoptado como su meca.
El gobernador Axel Kicillof da las últimas puntadas para una nueva movida que tendrá como epicentro a la ciudad natal de Cristina: La Plata.
Es que el pasado jueves volvió a reinaugurarse en el mítico Teatro Argentino la Sala Ginastera con un acto que tuvo como anfitrión principal al mandatario bonaerense.
Pero el apresuramiento por la puesta a punto del emblemático espacio tiene que ver con que el jueves se celebrará un acto allí con la presencia de Cristina con la excusa de celebrar los 20 años de la primera vuelta del 2003 que consagró como presidente a Néstor Kirchner, ante la deserción de Carlos Menem del ballotage y dio inicio a nueva saga política.
La simbología del lugar da espacio para alimentar fuertes expectativas sobre una definición de la vicepresidenta, allí Cristina inició en 2007 el derrotero que la colocó dos veces en el sillón de Rivadavia.
También constituyó el escenario del lanzamiento de la candidatura a diputado nacional de Néstor Kirchner en 2009 con el furor de las testimoniales corriendo en paralelo para apuntalarlo.
Kicillof apunta a meterle presión a la política con mayor relevancia dentro del Frente de Todos: cree que el lugar es propicio para que la Vicepresidenta dé algún tipo de indicio sobre sus próximos pasos acicateada por la emoción que le deparará el recuerdo de la nostálgica fecha.
Para acelerar ese propósito, el gobernador apuesta a brindarle a Cristina un marco de público intimista, más abrigado al afecto que el de las multitudes callejeras donde la relación es más distante entre la líder y sus fieles.