Por: Federico Cedarri

La interna del PRO continúa su derrotero de especulaciones en torno a la decisión final que tomará el ex presidente Mauricio Macri.

Desde el entorno del ahora funcionario de la FIFA entienden que todavía es prematuro para avanzar en una resolución y dejan trascender que recién en abril podría haber novedades: “Mauricio está esperando el próximo movimiento de Cristina, si ella juega para mí él juega y si ella se baja él también”, aventura un legislador provincial amarillo a este portal.

En rigor, Macri estaría visualizando que aún cuenta con niveles de alta imagen negativa en el Gran Buenos Aires, territorio crucial para la definición de cualquier elección por lo que todo haría presumir que hoy estaría más afuera que adentro de la competencia en la PASO.

Larreta en tanto surfea la convulsión intestina y busca apoyos por fuera de la estructura de Juntos por el Cambio, se reunió en Rosario con el alcalde de aquel lugar Pablo Javkin, un radical que se unió con el socialismo.

La cuna de la bandera atraviesa una dramática situación arrinconada por la violencia producto del narcotráfico que tuvo su momento cúlmine con las amenazas vertidas contra la familia de la esposa de Lionel Messi.

Larreta prometió que si llega al sillón de Rivadavia utilizará las fuerzas federales para combatir el flagelo, y Patricia Bullrich redobló la apuesta y señaló la necesidad perentoria de comprometer la participación de las fuerzas armadas en tal empresa.

La Piba cosechó en la Fiesta de la Vendimia mendocina el apoyo sostenido de un sector del radicalismo que muestra discordancias con el eje Morales-Lousteau.

Bullrich pudo exhibir una postal con el candidato local a la gobernación por el radicalismo Alfredo Cornejo, que presumiblemente enfrentará en una interna al larretista Omar De Marchi. También posaron con la ex ministra de Seguridad el correntino Gustavo Valdez, la senadora nacional Carolina  Losada y el neurocientífico Facundo Manes.

No son pocas las voces que especulan con la posibilidad de una formula conjunta de la ex ministra de Seguridad con la blonda santafesina: “Por ahora no hay nada, sí el ruido que se generó hacia adentro porque Patricia cada vez suma más apoyo”, suelta envalentonado un referente del espacio.

Pero el gran golpe que espera concretar el bullrismo tiene que ver con la cada vez más cercana incorporación a sus filas de una discípula del alcalde porteño, la ex gobernadora María Eugenia Vidal.

Más allá de alguna foto juntas que puede aparecer por estas horas lo concreto es que, acicateada por el ex presidente Macri, Vidal estaría a punto de bajarse de sus aspiraciones presidenciables y arroparse el traje de candidata en el distrito porteño para tratar de conservar el bastión del PRO ante la amenaza de Martín Lousteau y un Jorge Macri que no despega en las encuestas.

Bullrich espera con los brazos abiertos la posible incorporación de Heidi ya que le reportaría la suma a sus huestes del titular del bloque de diputados nacionales del PRO, Cristian Ritondo, que contribuiría para sintetizar la oferta en la provincia: “Cristian nos ordenaría porque todos los demás candidatos se bajarían y estaríamos competitivos para pulsear con Santilli”, explica a PDS otro legislador amarillo.

Lo cierto es que si bien Santilli tendría el apoyo de intendentes con gran raigambre territorial como el platense Julio Garro y Diego Valenzuela, no es menos real que Ritondo amenaza con plantarles candidatos taquilleros en algunos distritos como el ex arquero de la selección argentina Luis Islas que podría jugar en Tres de Febrero.

Coincidencia en un plan económico de shock

Si bien hay disputas internas que amenazan con dejar secuelas dentro de la fuerza amarilla, lo cierto es que en lo que coinciden de manera unívoca los dos candidatos presidenciales del PRO es que se necesita imperiosamente, en caso de acceder a la Casa Rosada, un plan de estabilización económica para domar la alta inflación.

Hay distintos borradores de economistas ligados a la fuerza como Hernán Lacunza y Carlos Melconian, entre otros, que avisan que se debe ordenar la macro para luego avanzar en reformas de carácter estructural.

Se estaría pensando en la posibilidad concreta de medidas duras: congelar paritarias y precios por un determinado espacio de tiempo para luego una vez que baje la espiral inflacionaria muñequear la puja distributiva.

Saben en el entorno de los candidatos que estas medidas no serán de fácil instrumentación y que encontrarán resistencia sobre todo gremial, por lo que presumen la necesidad de sacar un número cercano al 45%  en octubre para poder garantizarse mayoría en ambas Cámaras.

“Ya aprendimos la lección y sabemos que el gradualismo no sirve, si ganamos debemos instaurar de movida medidas de shock aprovechando la luna de miel que te da la política”, sintetizó a PDS alguien que trabaja cercano a los equipos económicos amarillos.