

Por: Federico Cedarri
La vorágine que envuelve a la situación interna del peronismo no se detiene y amenaza con la escritura de varios capítulos más a medida que se acerca el momento de las definiciones electorales.
El titular del justicialismo provincial Máximo Kirchner, con el titular de Economía nacional Sergio Massa como transitorio aliado, metió fuerte presión en la reunión que mantuvo en Merlo con alcaldes aliados de la Primera y Tercera Sección electoral para la conformación de una mesa política del Frente de Todos a nivel nacional.
Ante la recurrente insistencia, el presidente Alberto Fernández cedió y dio el visto bueno para la construcción de un espacio político que se adentrara en la discusiónde estrategias electorales, pero dejó afuera del debate los aspectos de la gestión en desmedro de la intención que alumbraba el kirchnerimo duro.
Además, Fernández buscará licuar la reunión al convocar a distintos actores del Frente de Todos como piqueteros aliados y sindicalistas.
La cumbre de Merlo demostró palmariamente las discrepancias existentes dentro del peronismo provincial en torno a la conducción de Máximo Kirchner lo que quedó patentizado ostentosamente en las ausencias al cónclave.
Importante alcaldes del conurbano profundo dejaron entrever con el faltazo sus diferencias con los manejos de Kirchner que desbaratan por el momento la posibilidad de homogeneizar la tropa bonaerense.
La irrupción de candidatos camporistas y de movimiento sociales que desafían el poder de algunos intendentes, que contarían con la aparente venia del lider camporista en distritos como Hulingham, La Matanza e Ituzaingó, explicarían en buena parte algunas ausencias del acto en Merlo, mientras que otras se relacionan con la decisión de marginar del aquella reunión a Alberto Fernández.
Aprovechando esa circunstancia es que el Presidente presuroso convocó a los alcaldes ausentes en Merlo a una contracumbre en Olivos en la que les ratificó la construcción de una mesa política para tejer estrategias electorales y no dio señales de bajarse de una hipotética candidatura a la relección.
Solo repitió presencia en los dos encuentros el alcalde ensenadense y aliado de Cristina Kirchner, Mario Secco.
El kirchnerismo en tanto se apronta con los preparativos para un gran acto a llevarse a cabo el próximo 24 de marzo donde algunas voces sostienen que se convertiría en un manifestación gigantesca, con presencia mayoritaria de La Cámpora, embanderada bajo el lema de romper la proscripción de Cristina.
En rigor, la Vicepresidenta tiene una condena de primera instancia que no está firme y es más que seguro que en marzo seguramente sus abogados la apelen por lo que es factible que quede exenta de toda prohibición a participar del proceso electoral del 2023.
De hecho, el gobernador bonaerense Axel Kicillof dio el primer indicio al destacar que, según encuestas que le llegan a diario, Cristina es sin dudas la dirigente peronista que mejor intención de votos tiene.
No obstante, el Gobernador bonaerense recalculó y dejó a criterio de la Vicepresidenta la decisión final de ser parte de la contienda electoral durante el presenta año.
El tema de la aparente proscripción sobre Cristina que arguye el kirchnerismo duro y La Cámpora ocupa buena parte de la atención de la plana mayor de la tropa que le responde la Vicepresidenta.
De hecho, volvió a darse una nueva reunión cumbre en Ensenada, lugar que se ha convertido en una especie de meca para el kirchnerismo.
Vele recodar que en la jornada en la que Cristina anunció demudada de ira su corrimiento de la escena electoral, en momentos posteriores aterrizó en aquel distrito para experimentar un momento de catarsis junto a sus fieles lugartenientes.
En esta ocasión, la Vicepresidenta no participó del encuentro de su virtual mesa chica, pero si concurrieron a la vera del Río de la Plata el jefe partidario bonaerense, Máximo Kirchner, junto a Andrés Larroque y Eduardo “Wado” de Pedro, se agregaron el intendente anfitrión Mario Secco y la presidenta del bloque de senadores peronistas provincial, Teresa García.
Si bien el motivo central del evento se habría enmarcado en el análisis exhaustivo de los distintos escenarios electorales, tanto a nivel nacional como provincial, también quedó lugar para un nuevo y explícito rechazo del kirchnerismo a un nuevo intento releccionista del actual mandatario Alberto Fernández.
Sin embargo, en el transcurso del largo encuentro se habría esbozado un plan B para la movilización que se prepara para el 24 de marzo para conmemorar el Día de la Memoria: el posible lanzamiento en esa fecha para la pelea por la presidencia del actual ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
El dirigente camporista cuenta, más allá del visto bueno de la vicepresidenta Cristina Kirchner, con un guiño de un sector del sindicalismo ligado al barrionuevismo, además de la simpatía de algunos empresarios integrantes del llamado círculo rojo con los que ha cultivado buenos lazos en los últimos años a raíz de haber desacartonado su imagen y ensayar un prominente perfil de moderación.