Por: Federico Cedarri

La entronización de la imagen de Raúl Alfonsín en el recinto de la Cámara de Diputados bonaerense constituyó al hombre de Chascomús como el único factor aglutinante dentro de la estructura dirigencial del radicalismo.

El acto sirvió además para enrostrar al espectro político la unión que han logrado los correligionarios en el ámbito provincial ya que en un mismo evento pudieron apreciarse compartiendo escenario las huestes de Maximiliano Abad, actual titular del radicalismo y quien continuará ejerciendo la presidencia durante dos años más, y su ex contrincante y ahora aliado, el intendente de San Isidro Gustavo Posse.

Ambos dirigentes coinciden en su fuero íntimo con un único deseo: encaramarse en lo más alto de la fórmula del radicalismo en la provincia de Buenos Aires.

La imagen de Posse y Abad descubriendo ante los presentes la imagen del ex presidente sin dudas que constituyó la postal de solidificación que el radicalismo necesitaba perentoriamente trasmitir a la opinión pública.

El párrafo sobresaliente del acto lo marcó la presencia en el recinto de quien a través de los años se ha convertido en una especie de oráculo del radicalismo, el ex ministro de interior de Alfonsín, Enrique “Coti” Nosiglia.

También se pudo visualizar a quién encarnaba los ímpetus juveniles de la Coordinadora de los años 80, Federico Storani, cuyo nucleamiento también formó parte del amplio arreglo de cúpulas para la nueva conformación del politburó radical para los próximos dos años en la provincia.

El ex titular del radicalismo bonaerense y ex vicegobernador, Daniel Salvador, asistió al evento y se lo vio enternecerse ante el recuerdo de aquel momento trascedente de la historia argentina del que fue protagonista activo: la recapitulación de los datos sobre desaparecidos durante la última dictadura militar a través de la CONADEP.

La entronización de Alfonsín en una de las paredes del hemiciclo de la Cámara Baja fue precedido por las palabras del diputado de Espacio Abierto, Walter Carusso, autor del proyecto de ley para que el ex presidente se sume al contingente de figuras históricas que componen la escenografía de la Cámara Baja bonaerense: “Este es un homenaje a quién siempre será caratulado como el padre de la democracia”.

Posteriormente realizó un raconto de la vida y obra del político de Chascomús, rescatando los valores de honestidad y deteniéndose en las particularidades coyunturales del gobierno de Raul Alfonsín: “Había que juzgar a los militares en 1985”, soltó el dirigente de San Martín.

El titular del radicalismo provincial, el marplatense Maximiliano Abad, resaltó: “Es un día de mucha felicidad para los que entendemos a la política como una herramienta de transformación social”.

“Hoy los jóvenes ven en Raúl Alfonsín un espejo donde mirarse, porque a la democracia hay que llenarla de contenido y constituir la democracia social”, completó.

“Raúl Alfonsín enfrentó lo que aún amenazaban las libertades y los sueños de los argentinos. Su figura en esta Legislatura bonaerense es un reconocimiento más. La historia seguirá afianzando su legado y fortaleciendo los valores democráticos que inculcó en nuestro país”, expresó a su turno el alcalde San Isidro Gustavo Posse.

Del acto también participaron la vicepresidenta del Comité Provincial, la senadora Érica Revilla; el vicepresidente Segundo de la Cámara de Diputados, Rubén Eslaiman; y numerosos legisladores de todas las esferas del variopinto espectro político provincial.