martes 17 de junio de 2025 - Edición Nº2386

Provincia | 17 oct 2022

DÍA DE LA LEALTAD

Con el silencio de Cristina Fernández, el FDT se reconfiguró de cara al 2023

En la Tercera el peronismo participó de Cañuelas, de Plaza de Mayo y de La Matanza. Desde la Primera advirtieron que el massismo juga otra estrategia. Insaurralde y Cascallares dividieron sus presencias. El Evita lanzó candidatura y La Cámpora reestrenó el término “traición”.


Por: Ricardo Carossino

Si se tuviese que definir el Día de la Lealtad del 2022, se podría decir que es igual a la lengua hispana, donde “todos juntos” se escribe separado y “separados” se escribe todo junto.

Por lo cual, en el peronismo todos siguen mirando hacia el mismo horizonte de cara al 2023, aunque lo hacen parados desde distintos lugares: La Cámpora, las CTA, la CGT, los intendentes, los gobernadores, los Cayetanos, el Movimiento Evita, Barrios de Pie, el PC, el Frente Renovador, el Instituto Patria y el Presidente del PJ nacional y Presidente de la Nación, Alberto Fernández.

No es fácil para algunos sectores del movimiento peronista entender y aprehender las nuevas épocas, las nuevas formulaciones y los nuevos modos de militancia en muchos aspectos, pero con un verdadero líder que sepa entender a los nuevos, contener a los viejos, conciliar con los socios y conducir a todos, el problema estaría resuelto, pero la pregunta que subyace es, ¿tiene el peronismo ese o esa líder?

El escenario político que se vio ayer en el Día de la Lealtad Peronista, en realidad fue un espacio heterogéneo (ni siquiera disperso), pero de ninguna manera fragmentado, atomizado o desunido (al menos por ahora).

Quién se llamó a silencio fue la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en una postura de precaución política, mirando cómo Massa intenta ahora ir por los autores de la inflación. Sabe, que si el tigrense tiene éxito, su estrategia verá un competidor, siempre y cuando Lula gané en Brasil.

Aunque se suponga que el mensaje de Plaza de Mayo al Presidente tenga una marcada advertencia en línea con aquella otra advertencia que Cristina supo hacerle a Alberto en la campaña electoral del 2019, cuando le pidió que no traicionara al pueblo que siembre devuelve el amor que se le demuestra.

En rigor, entre la falta de memoria, la desinformación y el desconocimiento, muchos olvidan decir u omiten que el creador del peronismo se dio la tarea de definirlo en los setenta cuando sucedían cosas similares. Decía el General Perón en aquella convulsionada época: “Los muchachos son así, los hay combativos, los hay contemplativos, los hay ortodoxos, los hay heterodoxos, pero todos trabajan”.

Política del Sur charló con distintos referentes del peronismo, tanto de la Tercera Sección como de la Primera, y lo que este medio pudo sacar en limpio de esas charlas en off, es que los actos de ayer dejaron entrever cómo se reconfiguró el espacio oficialista, o sea, en cuantas nuevas vertientes o segmentos.

En un rápido repaso por el 17 de octubre en la Tercera se pudieron percibir varios aspectos de la actualidad doctrinaria de este peronismo que parece dividido y condenado al fracaso (antiparafraseando a Eduardo Duhalde). Pero si se mira entre líneas, lo que parecen rajadura, son en realidad las marcas de los límites ideológicos.  

El jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde y el diputado provincial Mariano Cascallares, estuvieron junto a Alberto Fernández en Cañuelas, y al mismo tiempo enviaron columnas de los PJ de sus municipios a Plaza de Mayo, al igual que el ministro de Hábitat Jorge Ferraresi, que forma parte del Ejecutivo nacional y mandó su PJ a reforzar la convocatoria del titular del PJ de la Provincia de Buenos Aires, Máximo Kirchner.

El gobernador Axel Kicillof hizo, desde luego, equilibrio ideológico y estuvo en Cañuelas y en Plaza de Mayo, y el Movimiento Evita marcó su territorio en La Matanza, pero sin dejar de enviar a su albacea, el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Fernando “Chino” Navarro a Cañuelas, donde oyó atentamente al Presidente de la Nación.

Por su parte, el Frente Renovador (FR), fiel a la conducción del ministro de Economía, Sergio Massa, presente junto a A. Fernández, tuvo su 17 de octubre en micro actos en localidades ajenas a las grandes movilizaciones, tanto en la Primera como en la Tercera.

“El acto (del FR) decidimos armarlo con los compañeros en Lanús y recordar al peronismo. Los peronistas tienen un espacio plural que siempre está vigente, hay diferencias, pero no habla mal del peronismo. Estamos a nueve meses de las elecciones y es lógico que pueda haber una discusión. Las cosas son así”, dijo a Política del Sur, el diputado provincia, Nicolás Russo.

A grandes rasgos, que son al cabo los que definen las líneas de acción, hubo críticas de todos los sectores, por caso desde Plaza de Mayo se habló de “traición” mirando a la Rosada y de grieta gremial observando a la CGT en el Estadio Obras, que a su vez reclamó tener más presencia en las decisiones del Ejecutivo, mientras que desde La Matanza, dieron la clave para entender esta generosa oferta de actos, porque lanzaron la candidatura de Patricia Cubría para la intendencia del más populoso municipio de la Argentina.

Y aquí vamos, según lo charlado por dos fuentes del Frente de Todos, tantos actos vendrían a marcar el escenario de cara al 2023 en caso de que no haya Primarias. O sea, todos salieron a mostrar sus masivas convocatorias para posicionarse en el armado de las listas el año que viene, previendo que las PASO se suspendan.

Cabe señalar que la ausencia del Frente Renovador en los principales actos quizás obedezca a que en estos momentos tienen una posición cuasi dominante sobre el resto de los frentes internos dado su manejo político de la Economía nacional y de la macroeconomía. Ese lugar le permite alimentar expectativas de cierta tranquilidad mirando las listas próximas, claro que si no arregla la inflación el privilegio de mirar de arriba se derrumbará en horas. Por lo tanto ¿para qué formar filas con las contradicciones internas?

Si muchos buscan un análisis más complejo, tal vez se encuentren con una decepción momentánea, ya que tantos actos para alimento del morbo opositor, no sean más que actualizaciones doctrinarias de cara a los votantes de cada espacio, según la coyuntura y según la estrategia electoral que decida darse el Frente de Todos. El problema es que el antiperonismo sigue sin entender al enemigo que lo define.

 

 

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