

Temperley cumple este domingo 152 años de su fundación. Su origen se remonta a 1870, cuando el aristócrata inglés George Temperley, tuvo la iniciativa de crear un pueblo por loteo de su propia propiedad, que posteriormente tomo el nombre de Temperley, y de la estación del ferrocarril.
Al año siguiente se detuvo por primera vez en la nueva estación, la locomotora que guiaba el ramal Constitución-Jeppener del Ferrocarril del Sud, que hoy en día es la estación de Temperley, uno de los nudos ferroviarios del sur del gran Buenos Aires, que con 10 andenes es la estación intermedia más grande de la Argentina.
A partir de su fundación como pueblo comenzaron a llegar una gran cantidad de extranjeros que, con sus costumbres, su idiosincrasia y su trabajo, fueron dándole las características que tiene actualmente.
Los británicos han tenido una activa participación en el desarrollo de Temperley desde su llegada en la época de Rivadavia. Ingleses, escoceses, irlandeses y galeses arribaron en distintas épocas, pero comenzaron con el grupo de escoceses que vinieron con Parish Robertson a Santa Catalina en 1826 y posteriormente continuaron con los altos funcionarios del Ferrocarril Sud, que instalaron aquí sus casas-quintas. Luego se afincaron definitivamente en lo que hoy es el Barrio Inglés de Temperley Oeste.
Los escoceses, con su capacidad para el trabajo rudo, eran los hombres indicados para las actividades agropecuarias. Los ingleses llegaron mayoritariamente con el ferrocarril y eran expertos técnicos, funcionarios y empleados. Algunos eran inversionistas también. Los irlandeses fueron quizás los que mejor se adaptaron. La religión católica fue para ellos una razón más para una integración exitosa.
La falta de trabajo y la miseria producida en Italia por la crisis económica desde 1885 a 1895, crearon las condiciones necesarias para la enorme inmigración que recibió el país. Fundaron varias sociedades y participaron activamente en la vida social y deportiva de la ciudad. La Sociedad Italiana Nuova Roma o el Círculo Italiano Gran Sud son algunos ejemplos de ello. También participaron en la creación y desarrollo del Club Temperley y sociedades de fomento en épocas en las que estaba todo por hacer.
Los franceses han sido una colectividad también numerosa. Estuvieron dedicados en gran medida a la arquitectura, la construcción y sus oficios afines. Un francés de los más recordados fue Juan Pereuih, primer jefe de la estación Temperley.
Los alemanes llegaron en épocas de turbulencia mundial y sus oleadas migratorias están asociadas tanto a la Primera como a la Segunda Guerra Mundial. Han formado comunidades en Villa La Perla principalmente, como la Comunidad San Bonifacio, el Club Juventud del Sud o el Colegio Alemán en el Barrio Inglés.
Los primeros vascos ibéricos (no franceses) que llegaron a Temperley eran pastores de ovejas. Poco después aparecen los tambos y los carritos lecheros entre sus actividades. También arribaron a la ciudad eslavos, polacos, lituanos, ucranianos y rusos principalmente. Gracias a ellos hoy la ciudad tiene una Iglesia Ortodoxa Rusa entre sus lugares de culto.
En 1912 fue fundado el Club Atlético Temperley. Entre las personalidades del deporte que se han formado en la institución merece mencionarse al talentoso tenista Martín Jaite, ex jugador ATP y Copa Davis, y ex capitán del equipo de Copa Davis.
En la actualidad la ciudad de Temperley se compone por los barrios Temperley Este, Temperley Oeste, Barrio Inglés, Parque Huergo, Villa Galicia, Villa La Perla, Villa Sastre, Villa Moderna, Villa Cabred, Villa La Paz, Villa Ratti, Barrio Moderno, Barrio General San Martin y Barrio el Triángulo.
La ciudad de Temperley posee escuelas, sociedades de fomento e iglesias que tienen más de 100 años de existencia.