jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Provincia | 8 ago 2022

Reacomodamiento peronista

Kicillof apuntala decididamente la gestión de Massa

El gobernador bonaerense y sus principales espadas políticas colaboran de manera mancomunada con el tigrense. Buscan asegurar que el ajuste en las cuentas públicas no afecte los recursos que la Nación gira a la provincia.


Por: Federico Cedarri

La llegada de Sergio Tomás Massa al Ministerio de Economía parece haberle acercado una mansedumbre desacostumbrada al gobernador bonaerense Axel Kicillof que había transitado el último mes cargado de incertidumbre. 

Es que a diferencia del poco entusiasmo que había despertado la llegada de Silvina Batakis en el ánimo del mandatario provincial,  el arribo del tigrense no solamente operó como un refuerzo de las expectativas sino que ha generado un feedback que consideran en el entorno del Gobernador esencial para el desenvolvimiento de la gestión provincial.

En realidad, Kicillof es un permanente consultor de la Vicepresidenta en lo que tiene que ver con las implicancias económicas y el devenir de la coyuntura nacional, y es por eso que si bien Cristina Kirchner dio un explicito apoyo a Sergio Massa, quizás más ungida por la proximidad al abismo que por convicción, al mismo tiempo habilitó a Kicillof un contacto directo de carácter privilegiado con el nuevo Ministro.

El Gobernador bonaerense y el flamante funcionario nacional han mantenido varias reuniones privadas en los últimos días, incluso Kicillof conoció de primera mano las medidas que se tomaron el pasado miércoles antes de que se desperdigaran en la opinión pública.

También importantes resortes del gabinete bonaerense han desfilado por las oficinas que el tigrense tiene en la Avenida del Liberador: el titular de Economía bonaerense Pablo López y el jefe de ARBA, Cristian Girard.

También trascendió que el ministro de la Producción provincial, Augusto Costa, sostuvo un encuentro con el nuevo secretario de Comercio nacional, Matías Tombolini, en lo que puede interpretarse como el puntapié inicial de un trabajo coordinado con vistas al nuevo relanzamiento del plan Precios Cuidados.

El Gobernador  es plenamente consciente de la difícil situación económica que atraviesa el país y como gestionador del Estado más grande apoya decididamente la necesidad de incrementar las reservas en dólares para poner en caja la inflación que erosiona los salarios e ingresos de los bonaerenses y en mayor medida de aquellos sectores de menores recursos que constituyen la base electoral del Frente de Todos.

El apoyo que ha brindado Cristina Kirchner al ministro de Economía nacional tiene como límpido trasfondo el asegurarse para la provincia de Buenos Aires la continuidad del flujo de recursos que le proporciona la Nación, tanto de manera formal mediante la distribución de la coparticipación como aquellos aportes del Tesoro que llegan de manera periódica y en forma discrecional.

Y en ese sentido, el mandatario provincial le habría escamoteado a Massa la promesa de evitar pasar la guadaña de ajuste por los cuantiosos montos que la provincia viene recibiendo de manera generosa de parte del erario nacional.

La obsesión del kichnerismo por la provincia

Como bien lo ha adelantado en reiteradas oportunidades PDS el principal objetivo de los seguidores de la Vicepresidenta pasa por retener a como dé lugar la provincia de Buenos Aires, y en ese sentido no desperdiciarán ningún esfuerzo  que les permita repetir un nuevo mandato en el distrito que el kirchnerismo considera su meca.

Es por ello que el Gobernador bonaerense necesita no desistir de la ayuda del Estado nacional para llevar adelante la piedra basal que respalda su apetencia reeleccionista: el ambicioso plan de infraestructura denominado Seis por Seis.

En rigor, queda expuesto que los aprestos de distención entre Cristina y Massa traen implícitos la verdadera intención política que desnuda el kirchnerismo: proteger su bastión electoral.

Al Gobernador bonaerense lo tranquiliza la aceitada relación que ha prohijado con  el tigrense ya que los dos entienden que oficiarán uno al otro como complemento político.

Kicillof solo se concentrará en el epicentro de la provincia de Buenos Aires y necesita que le vaya bien a Massa para anclar las expectativas inflacionarias lo cual devendría en un beneficio mutuo: la posibilidad fehaciente de repetir para el mandatario provincial y la entronización del tigrense en la candidatura presidencial del Frente de Todos.

Máximo Kirchner si bien no se ha expresado públicamente un contundente apoyo a Massa, se sabe que hilvanaron buena sintonía en el ámbito del Congreso Nacional donde la desconfianza que existía entre ambos dio paso a una estratégica relación política que hoy ha desembocado en un pacto que busca evitar el naufragio de la administración nacional de Alberto Fernández.

El Diputado nacional también es el titular del justicialismo bonaerense y mantiene una férrea alianza con los principales popes del conurbano provincial, por lo que no pasó desapercibido que dos de ellos, el jefe de Gabinete bonaerense Martín Insaurralde y el ministro de Infraestructura de Kicillof, el malvinense Leonardo Nardini, se sumarán presurosos al operativo clamor para el acelerar el desembarco del tigrense al gabinete nacional.

Retener la provincia de Buenos Aires se ha convertido en la principal aspiración en este juego de conveniencias mutuas en el que están sumidas las principales espadas del Frente de Todos.

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