jueves 12 de junio de 2025 - Edición Nº2381

Provincia | 13 jul 2022

Compleja coyuntura

Dificultades económicas en el plan Seis por Seis encienden la alarma en el oficialismo

La piedra angular del gobierno de Kicillof para lograr su reelección comienza a dar síntomas de ralentización por el aumento sustancial de los costos actuales por sobre el financiamiento previo asignado. El mandatario bonaerense busca avanzar en la cobertura de vacantes en la Corte ante la renuencia opositora.


Por: Federico Cedarri

La crisis económica que se abate impiadosa sobre la Argentina también tiene su correlato sin más en la administración bonaerense.

Desde el entorno del gobernador Axel Kicillof ven con buenos ojos la llegada de Silvina Batakis al Ministerio de Economía, en principio por el alivio que significó el paso al costado de Martín Guzmán, con quien no solamente discrepaban en el manejo de la coyuntura sino que se había perdido definitivamente el diálogo luego del cuestionamiento que el mandatario bonaerense le espetó por el acuerdo con el FMI.

La situación que aflige al peronismo provincial tiene que ver con la trepada de los precios que influye decididamente en quienes menos recursos ostentan: amplios bolsones del conurbano bonaerense que ven día a día esmerilar sus ingresos constituyen la piedra angular de la base electoral del kirchnerismo en su apetencia por retener la provincia de Buenos Aires.

Otro pilar de la estrategia de Kicillof que está sufriendo los embates del alza inflacionaria y la disparada del dólar es el plan Seis por Seis que fue anunciado oportunamente con bombos y platillos y que pasó a constituir súbitamente la plataforma fundamental sobre la que se asienta el sueño reeleccionista del Gobernador.

Lo que sucede es que ante la escalada del billete verde el financiamiento pautado comienza a quedar rezagado ante los actuales niveles de los costos.

Ante esta circunstancia es que empresas adjudicatarias se muestran renuentes a arrancar los trabajos, al tiempo que exigen una actualización inmediata de los presupuestos por la incertidumbre que las envuelve.

Otro de los aspectos que amenaza la tranquilidad social tiene que ver con la renegociación inminente que el gobernador deberá encarar de la política salarial.

En la administración bonaerense descuentan que deberán someterse a la demanda exigente de los gremios que peticionarán una reestructuración de los acuerdos pactados teniendo en cuenta que quedarán indefectiblemente postergados aquellos porcentajes en torno al 60 por ciento.

Ante este panorama desalentador, el gobierno de Axel Kicillof pugnará por al menos garantizarse el flujo de recursos del Estado Nacional para resolver estas contingencias, mientras prenderá velas para que la actividad productiva no se frene con la consiguiente contrapartida de una caída en los niveles de recaudación.

Se congela la negociación por los sillones en la Corte Suprema

La turbulencia de los indicadores económicos enfriaron sustancialmente las negociaciones que se habían abierto entre el Ejecutivo bonaerense y la oposición juntista por la cobertura de vacantes en la Suprema Corte de Justicia Bonaerense.

Actualmente el máximo tribunal está operando con cuatro miembros de los siete que prefiguran su conformación, por lo que ante el ajustado quórum el Gobernador había resuelto decididamente avanzar presuroso en la cobertura de al menos dos vacantes.

Ante esa presunción, se había determinado preliminarmente que el oficialismo colocara una de las piezas mientras que la siguiente correspondería a la oposición.

Los desajustes de la política económica han frenado esos cabildeos y los tibios avances que se pudieron conseguir.

Desde la bancada opositora argumentan que la delicada situación económica no hace posible dar pasos concretos para el llenado de las sillas vacantes.

Desde el gobierno bonaerense acusan a Juntos de protagonizar una interna furibunda que no les permite precipitar un nombre para postular al estudio del Senado bonaerense.

En rigor, desde el espacio opositor todavía se encuentra en debate si la banca en la Corte le corresponderá a la UCR o al PRO: los correlegionarios dan por sentado que ante el nombramiento de Sergio Torres en 2017 por influencia de María Eugenia Vidal, en este turno les corresponde a ellos arrimar el bochín.

Está claro que la posición que tome la bancada opositora será clave en la futura negociación ya que los pliegos que debe estudiar la comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos deben salir con dictamen de mayoría y apoyo unánime.

Si amainara el tsunami económico y se reanudan las negociaciones para profundizar los acuerdos por dos cupos en el supremo tribunal, quedaría para una segunda etapa la conversación por el lugar que quedará vacío y otro posible espacio que se abriría si el actual presidente del Cuerpo, Luis Genoud, se jubilase de manera inminente como advierten cerca suyo.

La tarea que tendrá por delante el gobierno de Kicillof para atender esta situación que se presenta en la Corte dependerá en buena manera de la pericia política del jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, que había logrado establecer un canal de diálogo fluido con los principales referentes opositores.

El inconveniente radica en que los juntistas no quieren por el momento saber nada con concretar acuerdos con el gobierno de Kicillof: no desean en este momento del país aparecer ligados a entendimientos con el oficialismo.

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