Provincia | 27 may 2022
Situación oficialista
El albertismo no logra hacer pie en la Provincia
El armado del Presidente muestra escasa musculatura política en territorio bonaerense y deja en evidencia que el poder lo sigue detentando el kirchnerismo en alianza con los alcaldes del Conurbano. Kicillof gana terreno en la disputa interna.
Por: Federico Cedarri
El peronismo de la provincia de Buenos Aires se encuentra abocado a pergeñar estrategias y escarbar distintos vericuetos que le permitan asegurarse la continuidad en el gobierno bonaerense por un período más a partir del 2023.
La rúbrica del acuerdo con el FMI de parte del Gobierno nacional que precipitó el portazo de Máximo Kirchner de la titularidad del bloque oficialista en el Congreso Nacional, fue el acontecimiento que marcó el comienzo del cismo en el partido oficial, tanto La Cámpora como el kirchnerismo duro tomaron en ese momento la decisión de profundizar el repliegue hacia la provincia de Buenos Aires, y el objetivo prioritario de máxima es garantizar que el Frente de Todos continúe al frente de la gestión provincial.
La institucionalización a la que llamó Kirchner hace unas semanas en territorio bonaerense que incluyó al massismo, que oscilaba como la avenida del medio dentro de la coalición oficial, dejó en cierta manera desacoplado al incipiente albertismo que se había manifestado con altanería en algunos distritos durante la interna acaecida el 27 de marzo pasado.
El acto de Esteban Echeverría constituyó el epicentro para medir fuerzas, allí llego Alberto Fernández con la venia de la Confederación General del Trabajo (CGT) a participar de un acto con obreros de la construcción patrocinados por el mandamás de los albañiles, el otrora menemista Gerardo Martínez.
Pero defeccionó el armado presidencial, quedó palmariamente demostrado la poca musculatura política y el escaso arraigo que la figura de Fernández concita en los dirigentes de la provincia de Buenos Aires.
Solo un puñado de ministros afines, los líderes de las organizaciones sociales que a la vez ejercen funciones dentro del Gobierno nacional y poco más pudo mostrar el albertismo.
La liga de intendentes del conurbano que mantiene una férrea alianza con Kirchner le dio la espalda y ni siquiera el gobernador Axel Kicillof, que comparte actos de carácter institucional a menudo con Fernández, asomó la nariz por el predio de la UOCRA.
Esta anemia del albertismo en la provincia de Buenos Aires causa desazón en algunos dirigentes del interior que habían puesto fichas en un fortalecimiento de la figura presidencial a partir de la divisoria de aguas con el cristinismo, como una forma de contrarrestar lo que consideran una hegemonía del peronismo del conurbano en el planeta partidario.
Ante esta evidente circunstancia es que los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, ambos ex intendentes de distritos del oeste del conurbano, han comenzado tímidamente a tender redes nuevamente con el kirchnerismo para continuar unidos y perteneciendo al peronismo bonaerense, pese a que ambos fueron señalados como los impulsores y articuladores del espacio presidencial en el ámbito provincial.
“Kato y Juanchi se están dando cuenta que si no retroceden y se alinean nuevamente en el peronismo bonaerense pierden por todos lados”, le espetó a PDS un importante diputado peronista que conoce al dedillo los movimiento internos partidarios.
Quizás por este argumento que cobra visos de realidad es que se los escuchó a los dos ministros pidiendo a gritos la unidad y avisando que el Frente de Todos no renuncia a continuar en el poder en el 2023, arropados además en un discurso antimacrista muy similar al que viene utilizando La Cámpora.
Kicillof escala posiciones internamente
Lo que ha quedado reflejado como conclusión inmediata en el marco del peronismo bonaerense es que la llave de mando la siguen ostentando Cristina y Máximo Kirchner en concordancia con los intendentes del conurbano sur, y que recaerá en esta entente la potestad del poder de veto y la lapicera para la diagramación de las candidaturas hacia el año electoral.
En este sentido, se advierte el sellado de una tregua entre La Cámpora y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a partir de su alineamiento absoluto con las posturas del kirchnerismo duro a partir del 24 de marzo pasado.
Las últimas encuestas que han llegado al palacio de calle 6, ubican al Gobernador como el dirigente mejor posicionado dentro del Frente de Todos para competir en el 2023.
Esta situación habría generado un transitorio retroceso de las aspiraciones del jefe de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, que habría optado por “desensillar hasta que aclare” en lo que tiene que ver con sus apetencias de ir por el premio mayor.
No obstante, mantiene una relación óptima con Máximo Kirchner por lo que nadie podría aventurarse a descartar que su figura vuelva a surgir como alternativa a la del Gobernador bonaerense.