

Por: Federico Cedarri
El radicalismo bonaerense se encuentra prodigado a la consecución de estrategias para el abordaje de un proceso electoral en que piensa distinguirse con un protagonismo mayor al esgrimido en sus anteriores presentaciones.
En rigor, se proponen recuperar aquel partido competitivo de antaño que no asoma en la política bonaerense desde los años 90.
Sin dudas que para lograr ese propósito necesita ordenar su oferta electoral y lograr de manera imperiosa la captura de un candidato taquillero que permita aglutinar a los distintos sectores detrás de tal figura.
La mala noticia para las huestes del oficialismo correligionario es que esa posibilidad aún sigue muy remota debido a la preponderancia de Facundo Manes de continuar con su aventura presidencial.
Ese factor para nada subyacente a la geografía de los boinas blancas viene a agregar un severo interrogante sobre las reales posibilidades que tendrá el partido a nivel provincial de presentar una fórmula pura, de neto contenido radical, como es la aspiración de la cúpula partidaria.
El titular del comité provincial Maximiliano Abad se perfilaría hoy como el candidato natural del oficialismo radical para afrontar el inmenso desafío de ir por la gobernación, cerca del diputado marplatense aseguran que lo primero es la institucionalización de un programa de gobierno en el que están trabajando las usinas partidarias con sede en la Fundación Pensar, el ámbito donde se congregan los economistas de la fuerza capitaneados por Eduardo Levy Yeyati para dirimir una paper que después deberá ser consensuado con sus socios de la alianza opositora.
El radicalismo sabe que su talón de aquiles es el conurbano bonaerense y buscarán hacer pie allí, la singular particularidad para el oficialismo boina blanca es que los referentes con algo de peso y estructura en el Gran Buenos Aires no reportan a la orga del Comité Provincia.
Y aquí es donde entra a tallar el rol que tendrá efectivamente el sector de Evolución que regentea Martin Lousteau, y que en cierta manera con el blanqueo de su intención de ir por la jefatura de gobierno liberó a su tropa del compromiso de armar un soporte nacional por lo cual podrán abocarse con puntillosidad al armado bonaerense.
Evolución también trabaja con sus equipos técnicos un programa de gobierno, pero a diferencia del abadismo ya tiene en la cancha un candidato que no necesita proceso de instalación por su raigambre mediática, Martín Tetaz, que se encuentra abocado a recorridas semanales por los grandes centros urbanos del interior bonaerense y con bajadas periódicas al conurbano de la mano del diputado provincial Pablo Dominichini, principal operador de Lousteau en la provincia de Buenos Aires que aspira a ir por la intendencia de Esteban Echeverría en el 2023.
El diputado provincial y ex rector universitario despierta desconfianza en el campamento abadista, desde que no levantó la mano para acompañar la reelección que exigían los intendentes radicales.
Esta diferenciación que ensayó Dominichini, consensuada con Lousteau, insufló la ira de los diputados correligionarios que sospechan de que finalmente éste sector puede confluir en fórmulas cruzadas con el PRO a la interna bonaerense.
No es antojadiza esta presunción de la cúpula correligionaria, el mismo Lousteau ha sostenido que la hibridez en las formulas a la gobernación proveerá a la alianza opositora de mayor potencialidad en la gestión bonaerense, si es que logran vencer al peronismo.
Ocurrió en los últimos días un hecho que abona la teoría de que el sector que encabeza el ex ministro de Economía ha decidido avanzar en esa dirección: llegó a un entendimiento con el alcalde amarillo Julio Garro y metió en un importante puesto en el gabinete platense a un cruzado de Evolución, el ex salvadorista Pablo Nicoletti, desairando al radicalismo local que viene cuestionando cada vez con mayor altisonancia al garrismo por haberle escamoteado los pocos puesto de poder que tenían en el gobierno de la capital bonaerense.
Concretamente el soldado de Lousteau asume un cargo con rango de secretaría, el Instituto de Desarrollo Sustentable, lo que lo convierte al senador nacional en el nuevo puente de contacto que Garro entablará con el radicalismo, desligándose en cierto modo del rovellismo con quien que convivió durante su primer mandato y la primera parte del segundo.
El alcalde de San Isidro continúa mostrándose como una opción válida para encabezar la oferta radical de cara a la disputa por la gobernación en el 2023, y desenvaina como reaseguro la potencialidad de Espacio Abierto, un armado que le responde que junta a concejales en una veintena de distritos del interior, al intendente de San Cayetano, Miguel Gargaglione, además de un bloque en la Legislatura encabezada por Walter Carusso y Martín Domínguez Yepro.
Posse mantiene encuentros con figuras nacionales, hace unos días difundió unas postales de una reunión con la senadora nacional, Carolina Losada, que también había reportado en un congreso del abadismo, y dejó trascender que cuenta con la venia del titular del radicalismo nacional, Gerardo Morales, en su cruzada por la gobernación.
De todas maneras, más allá de estas gestualidades que ensaya, le cuesta al sanisidrense sacarse de encima el sayo que le generó entre los correligionarios su apoyo al PRO en las PASO de 2021 luego de haber perdido por poco margen la interna radical, le endilgan desde la conducción oficial el mismo propósito que a Evolución: generar espacios de confluencia con el PRO en la conformación de fórmulas lo que desvirtuaría, en opinión del abadismo, las reales chances de potenciar al radicalismo en la alianza.