Por: Federico Cedarri

En la Cámara Alta bonaerense comienzan a definirse algunas cuestiones pendientes, si bien todavía no se materializó la composición de las comisiones por desavenencias en torno a Asuntos Constitucionales y Acuerdos debido a que el peronismo, pese a que hay consensos para que el camporista González Santalla la siga presidiendo, no quiere ceder la mayoría a Juntos en lo que concierne  a la integración del Cuerpo, sí puede decirse que sobre la designación del titular del Tribunal de Cuentas las fuerzas parlamentarias parecen haber arribado a un punto de encuentro.

Tanto el Frente de Todos como Juntos se han puesto de acuerdo en charlas preliminares sobre la necesidad de dejar saldada la presidencia del ente, debido a que adquiere inusitada importancia para el transcurrir de la gestión gubernamental bonaerense y al mismo tiempo ejerce una función indelegable en lo concerniente al contralor de las asignaciones de recursos hacia los municipios.

Sin embargo, por la desconfianza que despertó en ambos campamentos el nombramiento de Federico Thea es que paralelamente a la ratificación del pliego se votará una modificación a la ley que regula las atribuciones conferidas al titular del Tribunal.

En rigor, las reformas a la ley de funcionamiento contemplan que todos aquellos temas referidos a erogaciones o autorizaciones de gastos tendrán que ser debidamente refrendados por una mayoría plenaria que emergerá del consenso que genere el presidente con los cuatros vocales que complementan la conducción del órgano.

Hasta este momento toda decisión respecto al control y aplicación de multas por desfasajes era exclusiva potestad del Presidente del Tribunal, por lo que queda explícito que la modificación de la ley de funcionamiento encuentra sustento al amparo del escaso entusiasmo que suscita la figura de Thea.

Se espera que luego del impasse de Semana Santa y con la composición de las comisiones decididas pueda habilitarse en el recinto la denominación del ex Secretario de la gobernación, al tiempo que también se votará un recorte evidente en la función de este cargo vitalicio.

A partir de su asunción en la titularidad del Tribunal, Thea deberá buscar afanosamente consensos con los cuatros vocales que lo secundan y que tienen la particularidad de proceder del variopinto escenario político bonaerense.

Uno es representante de los intendentes del conurbano, ligado al jefe de Gabinete Martín Insaurralde, Juan Pablo Paredo; otro es el massista Daniel Chillo; un lanusense ligado al alcalde aquel lugar Néstor Grindetti, Ariel Pietronave, y completa el staff el vidalista Gustavo Diez.

En la misma línea, también comenzarán a tomar un cariz definitorio otras cuestiones referentes a los puestos que le corresponden a la oposición, no solamente en dependencias del Estado provincial como ABSA, sino también las Sub Defensorías del Pueblo que aún no fueron ratificadas por el Senado.

Pero un punto medular es el llenado de las tres vacantes por las que pugna la bancada de Juntos en el Directorio del Banco Provincia.

Si bien con la designación de Alejandro Formento en el directorio se consiguió el quórum necesario para celebrar reuniones, una composición incompleta atenta contra el normal funcionamiento de la entidad crediticia bonaerense.

La oposición juntista se encuentra enfrascada en una discusión interna en la que debe decidir los postulantes que finalmente propondrá para ocupar esas tres sillas que hoy se encuentran desiertas.

El radicalismo definió su hombre mientras en el PRO continúa la discusión interna

La fuerza centenaria ya dirimió con mucha antelación entre sus legisladores y a nivel partidario que su representante en el Directorio del Banco Provincia será el ex diputado nacional, el tandilense Carlos Fernández, que hasta la elección de Abad al frente del Comité Provincia ocupó el relevante puesto de vicepresidente del espacio boina blanca bajo el ala del ex vicegobernador, Daniel Salvador.

Otro de los casilleros pendientes le corresponde al PRO y habría consenso entre los amarillos para que pueda acceder al mismo Bruno Screnci, un porteño que fue ministro de Gobierno de Rodríguez Larreta hasta la llegada de Jorge Macri al gabinete del Pelado, y que ostenta una fuerte ligazón con el candidato a la gobernación bonaerense Diego Santilli.

El tercer escaño es el que genera más incertidumbre ya que se lo disputan los referentes del PRO de la Sexta Sección Electoral con el alcalde local Héctor Gay y la senadora Nidia Moirano que empujan para el cargo al ex diputado provincial bahiense, Santiago Nardelli, que deberá revalidar esa aspiración ante la presión que ejercen los intendentes integrantes del Grupo Dorrego que impulsan para ese lugar al ex alcalde de Morón, Ramiro Tagliaferro.