

Por: Federico Cedarri
El radicalismo bonaerense atraviesa por una coyuntura rayana con la confusión porque si bien han precipitado la formación de programas de gobierno en desmedro de la definición de candidaturas, son varias las opciones que se manejan para enfrentar con posibilidades al PRO.
Ciertamente los dos campamentos que se encuentran en pugna, tanto el oficialismo del partido centenario que comanda Maximiliano Abad como el sector de Evolución que se referencia en el senador nacional, Martin Lousteau, atraviesan por una situación de tensa calma donde la precariedad de la tregua alcanzada amenaza con volar por los aires al primer chasquido de dedos.
El marplatense puso a funcionar la maquinaria de los equipos de trabajo nucleados en la fundación Pensar Buenos Aires que se encargará, con la supervisión del economista de Eduardo Levy Yeyati, de concretar los lineamientos de gestión con la apetencia de garantizar sustentabilidad en caso de acceder al poder provincial en 2023.
Todo hace indicar que desde el oficialismo radical están ganando tiempo porque advierten que podría desencadenarse un importante acontecimiento que pueda abreviar los procesos internos y despejar dudas: Facundo Manes podría desembarcar en la provincia de Buenos Aires y reeditar el enfrentamiento con el PRO.
Si bien el diputado nacional está recorriendo la geografía del país buscando plafón para una aventura presidencial, el posicionamiento de Gerardo Morales como “el” candidato oficial radical y el protagonismo que éste adquiere por ser titular del partido a nivel nacional, lo estarían haciendo evaluar al neurocientífico la posibilidad de desistir sus pasos primigenios y volver a orejear la pelea por la gobernación.
Manes ha acentuado en los últimos tiempos su distancia con el PRO, considera que el espacio opositor debe afianzarse creciendo desde el centro y no hacia opciones de derecha en lo que parece ser un clara diferenciación con algunos sectores de la fuerza amarilla que pugnan por incorporar en una gran interna a Milei y Espert: “No está bueno amontonar gente, sino que hay que delinear un programa y a partir de allí quienes estén de acuerdo integren la grilla de candidatos”, explicó a PDS un legislador boina blanca.
También impera la desconfianza entre los sectores, desde el oficialismo sospechan que el espacio de Martín Lousteau pueda tener contactos subterráneos con el larretismo y que finalmente terminen confluyendo en un fórmula conjunta con Diego Santilli.
Sin embargo, desde Evolución descartan de plano esta opción y prefieren enfocarse en la cada vez más posible candidatura de Martín Tetaz a la gobernación bonaerense.
El economista no tendría que pasar por un proceso de instalación debido a que por su incursión mediática de los últimos años hoy tiene un nivel de conocimiento en toda la provincia importante, que solo podría ser igualado por Facundo Manes.
Si bien Lousteau había prometido que en cada distrito bonaerense Evolución plantaría candidatos, todo podría cambiar si el neurocientífico vuelve al ruedo debido a que los intendentes radicales en ese caso volcarían masivamente su apoyo para el actual diputado nacional que ganó rotundamente en 2021 en las alcaidías manejadas por el partido centenario.
El plan B del oficialismo es el titular del espacio bonaerense, Maxi Abad, que representa a una nueva generación de radicales, con importante conocimiento en el interior bonaerense, fundamentalmente en su bastión Mar del Plata, pero que encarna el déficit que hoy padecen la mayoría de los correligionarios: escaso conocimiento e instalación en un bastión casi inexpugnable del peronismo, el Gran Buenos Aires.
Hoy podría decirse que el único candidato a gobernador que ha confirmado su participación en la interna de Juntos hacia el 2023 es Gustavo Posse, y esa aspiración es amparada por la extensión de su armado, Espacio Abierto, en más de 20 distritos del conurbano y el interior bonaerense.
Si bien desde el entorno del sanisidrense se encargan de remarcar que estos bloques trabajan coordinadamente con Juntos, y de hecho ponen de relieve la propuesta presentada en la Legislatura Bonaerense por el possista Walter Carusso para que se contemple la concreción de interbloques que blanqueen ese tipo de composiciones, en el radicalismo bonaerense la figura de Gustavo Posse genera ciertos recelos.
En realidad, le cuestionan el apoyo brindado a Diego Santili en las PASO luego de haber aceptado las reglas de juego de una interna en la que perdió por muy poco con el oficialismo, y en la que contó con el apoyo de Evolución.
Sin embargo, Posse hace oídos sordos a esas acusaciones y prefiere continuar con sus recorridas por la provincia de Buenos Aires donde cuenta con aliados como el mediático Mauricio D´Alessandro y el intendente de San Cayetano, el radical Miguel Gargaglione, un enclave en la Quinta Sección Electoral que maneja Abad, y con la premisa de incorporar a sectores independientes y vecinalistas por fuera de la estructura partidaria.
Si bien no descartan que puedan confluir nuevamente con el sector que referencia a Martín Lousteau, la buena relación que el alcalde de San Isidro ha cultivado en el último tiempo con Gerardo Morales ha enfriado sustancialmente aquella posibilidad.
“Espacio Abierto trabaja para la candidatura de Gustavo Posse”, afirmó concluyente un importante referente del sanisidrense.
El interrogante que hoy no pueden responder ni siquiera desde el corazón del possismo es si finalmente el intendente de San Isidro aceptará el convite de confrontar con sus correligionarios en una interna previa, o si en su defecto una vez más desairará a sus correligionarios y concurrirá a las PASO con el sello de Espacio Abierto.