

Por: Federico Cedarri
El radicalismo se encuentra sumergido en un proceso intrincado de búsqueda de referentes competitivos para darle la batalla interna al PRO y especialmente al larretismo dentro de Juntos en la provincia de Buenos Aires.
En ese sentido, el oficialismo partidario organizó el pasado fin de semana un plenario al que concurrieron todos los sectores internos, también Evolución la corriente que se identifica con el liderazgo de Martin Lousteau, que aunque no participó del evento como tampoco su potencial candidato a gobernador en el distrito, Martín Tetaz, si lo hicieron en representación del espacio, Danya Tavela y Pablo Domenichini.
Desde la conducción de Maximiliano Abad pugnan por la consolidación de un think tank, un equipo de expertos que se aboque a la elaboración de un programa de gobierno para la provincia de Buenos Aires: “El radicalismo ofrecerá programas y hombres para volver a gobernar la provincia, ya no seremos más furgón de cola”, soltó ante PDS un legislador boina blanca.
El punto inicial de tal proyecto comenzó a bosquejarse en el plenario provincial del partido centenario, allí confluyeron legisladores e intendentes de todo pelaje partidario y avalaron la idea de dar forma a un eje temático de gestión, aunque todavía el espacio oficial no haya encontrado un dirigente a quién confiarle la candidatura al sillón de la calle 6: “En esta ocasión las ideas preceden a la personificación”, cuentan dirigentes cercanos a Abad.
Saben los correligionarios que Facundo Manes, que se paseó de la mano del marplatense durante el resonante encuentro en La Plata, está enfocado en apuntalar su proyecto presidencial, de hecho ya se encuentra recorriendo el país y ha adoptado un discurso transversal que tiene como propósito ir dejando paulatinamente atrás a la grieta.
Ejemplo de eso fue su actitud de permanecer enhiesto durante la Asamblea Legislativa cuando la plana mayor del PRO abandonó en masa el recinto ante el ataque del Alberto Fernández a la gestión de Macri.
Manes en su discurso exhorta a dejar de lado los extremismos, tanto el populismo en el que conjuga al Frente de Todos como a la derecha donde engloba a los resabios del macrismo duro y a los libertarios como Espert y Milei.
El neurocientífico por ahora no está pensando en un escenario bonaerense, sí planea utilizar la estructura radical como soporte, y esa situación es la que le sube las acciones al presidente del radicalismo provincial, Maxi Abad, que ya ha pasado a representar la cara visible de una posible candidatura a gobernador con algún intendente como vice.
“Maxi no esquivará el bulto, es un convencido de que el radicalismo tiene que volver a gobernar y él se siente parte de la nueva generación”, aseguró con pronunciado énfasis otro legislador del interior bonaerense.
Sin embargo, tendrá que librar la lucha interna contra el sector que comanda Lousteau que ya presentó en sociedad en el Club Platense de la ciudad capital de la provincia a su candidato, el economista Martín Tetaz, al tiempo que avisó a su rivales internos que plantará candidatos en toda la provincia de Buenos Aires.
En rigor, Abad pondrá la maquinaria del radicalismo oficial bonaerense a disposición de Facundo Manes y su anhelo presidencial, mientras que Martín Lousteau no se resigna al premio mayor y pulseará en territorio provincial a sabiendas de que no hay proyecto nacional sin una buena oferta electoral en Buenos Aires.
El radicalismo ya tomó la decisión de jugar la interna contra el candidato que ponga enfrente Horacio Rodríguez Larreta, y esa presunción los hace conscientes de la imperiosa necesidad de ampliar su base de sustentación.
El sector del PRO que responde a Patricia Bullrich mantiene contactos asiduos mediante Emilio Monzó, con la plana mayor del radicalismo bonaerense, y ambas partes han concluido sobre la necesidad de recrear un espacio similar al que prestó sostén a la candidatura de Facundo Manes.
De hecho, los pasillos legislativos son testigos de furtivos encuentros entre el presidente del radicalismo y el senador del peronismo republicano, Joaquín De la Torre.
El ex ministro de Gobierno de María Eugenia Vidal no tiene sintonía fina con el Jefe de Gobierno porteño lo que lo habría unido nuevamente a la tropa radical, con la que jugó la PASO contra Diego Santilli.
El propósito de Abad es entonar al radicalismo bonaerense para llegar con fuerza a la Convención Nacional partidaria, y plantar como presidente de la misma a Gastón Manes, hermano del neurocientífico.
El intendente de San Isidro participó del encuentro boina blanca y hasta movilizó militancia para marcarle la cancha a las autoridades partidarias que reniegan de su actuación en las PASO, donde apoyó de manera entusiasta al candidato larretista, Diego Santilli.
Posse no descarta ser candidato a gobernador el próximo año, de hecho se encuentra hilvanando un armado en distintos distritos de la provincia de Buenos Aires donde ha conformado interbloques de su nueva sigla Espacio Abierto, al igual que en la Legislatura bonaerense con sus dos laderos: Walter Carusso y Martín Domínguez Yelpo.
“Tenemos interbloques en más de 20 lugares del conurbano e interior, nos articulamos con Juntos y trabajamos por la candidatura a gobernador de Gustavo Posse en 2023”, remarca un referente del conglomerado del sanisidrense.
El jefe comunal de San Isidro es fundador de Protagonismo Radical, línea interna con la que participó en la contienda por el manejo del Comité Provincia contra Abad en una reñidísima elección.
Posse se muestra alienado con el partido y más allá de que sostenga una buena química con Evolución, el sector que responde a Martín Lousteau y no descarta que puedan confluir en el 2023 en un punto común, piensa que ha llegado su tiempo de dar el salto y planea jugar la interna para consolidase como “el” candidato radical.