

La adolescente de 14 años a la que el 5 de febrero le habían quemado el pelo en una peluquería de Lanús recibió un regalo de cumpleaños de 15 anticipado. Una peluquera le donó las extensiones para que pueda usar en su fiesta.
“Ahora está feliz porque la peluquera Majo le dijo que se va a poder peinar, hacer la planchita porque es pelo natural", contó Verónica Rose, madre de la menor, que recordó que su hija, “estaba mal porque no se podía poner corona ni nada ya que la peluca se podía mover”.
Una peluquera solidaria se ofreció atender de manera gratuita a la adolescente que el 7 de mayo cumple 15 años gracias a la intervención de la mediática Estefanía Xipolitakis. “Le pasó el contacto del celular a mi nena y empezó a hablar con ella. Quedaron en que los primeros días de marzo se lo iba a hacer”, comentó.
En diálogo con el programa Política del Sur reconoció: "Cuando mi nena me lo comentó no lo creía en su momento, pero estos días tuvimos la conversación más fluida y nos dio la fecha, la dirección y fuimos".
"Fue fundamental la intervención de Estefanía porque yo no conocía a esta chica y nunca iba a saber de nuestro caso", agradeció la mujer. "Por medio de Instagram se comunicó Estefanía Xipolitakis que se lo había comentado a su peluquera y se conmovió por lo que le había pasado a Sheila”, agregó.
En relación a la peluquera acusada de quemar el pelo de su hija, advirtió que no saben nada. “Me eliminó de todos lados, me bloqueó de las redes sociales, de WhatsApp de todos lados”, aunque alertó: “Me avisaron de que se abrió un nuevo Instagram y que sigue trabajando".
Los primeros servicios habrían sido buenos, hasta que la última vez, en un momento de la sesión, la joven comenzó a notar algo raro en el pelo mientras transcurría el tiempo sin la presencia de la responsable. Ella permanecía sentada y pasaron casi dos horas mientras la peluquera arreglaba una persiana de su local.
Es así que Verónica, que trabaja en el área de control de acceso de la Facultad de Medicina, recibió el desesperado llamado de su hija. Tanto ella como la chica esperaban al menos un pedido de disculpas que nunca llegó.
Sheila tuvo que ir a otra peluquería para arreglar el daño, aunque la única solución posible fue cortarlo, dejando apenas dos o tres centímetros de largo. Al día siguiente del incidente, ambas fueron a consultar a un dermatólogo.