Por: Federico Cedarri

Dentro de la coalición opositora surgen distintas inquietudes que despiertan incertidumbre en lo que tiene que ver con el desenvolvimiento de la estrategia política que el espacio traza con la intención de volver a ser opción de poder en 2023.

La Legislatura bonaerense es uno de los ámbitos donde cuesta disimular las disidencias dentro de los bloques de Juntos, especialmente las que se despiertan dentro del PRO.

La estructura amarilla tuvo un fin de año ajetreado, donde quedaron manifiestos los fuertes encontronazos que se dieron entre los vidalistas residuales y los legisladores ligados a los intendentes.

Este último grupo ha pasado a ser mayoritario dentro del espacio que fundó Mauricio Macri luego de las elecciones de medio término de 2021, relegando no solo en número sino también en incidencia a los legisladores que ocupaban lugares privilegiados dentro del espacio cambiemista durante el gobierno de María Eugenia Vidal.

Lo que aconteció en diciembre continua generando ruidos ensordecedores, si bien ya transcurrieron casi tres meses, volvieron a quedar palmariamente demostradas las diferencias en los últimos encuentro de los bloques legislativos, donde los radicales miraron absortos como los amarillos se cruzaban acusaciones mutuas dejando en evidencia que lo transcurrido sobre fines del 2021 parece haber dejado una rémora difícil de remontar.

En Diputados quedó muy debilitada la figura del vicepresidente del bloque de Juntos, el vidalista Alex Cambbell, que durante la votación de diciembre vertió conceptos muy duros contra sus pares amarillos al emparentarlos con el oficialismo y acusarlos de confabularse para defender a la cofradía política inmersa en intereses espurios lejanos de lo que la transparencia reclama.

Los legisladores ligados a los intendentes le reclamaron a los vidalistas por el acoso mediático al que fueron sometidos por haber apoyado la reinterpretación de la ley de reelecciones: “Nos tiraron a la opinión pública encima”, tiró con enojo ante PDS un legislador que participó de las discusiones.

Mientras los socios radicales trataban de hacer equilibrio entre los epítetos que se prodigaban durante los encuentros legislativos, el titular del bloque de diputados Maxi Abad trató de ser contemporizador, los instó a elaborar un agenda legislativa constructiva y fundamentalmente destacó que la trascendencia a la órbita pública de este tipo de diferencias terminan desvirtuando el rol de la oposición.

En el Senado, trascendió que Christian Gribaudo no dejó llegar los cuestionamientos internos a terrenos rayanos con la incomodidad, y en la misma línea de Abad los conminó a trabajar con mirada prospectiva, fundamentalmente en la defensa del integrante del bloque Juan Pablo Allan, ante lo que consideran una embestida sin sustento jurídico del kirchnerismo en la figura del juez Ernesto Kreplak.

En los dos bloques parece haberse sellado una precaria tregua que desembocó en la visita de diputados y senadores a la Expo de San Nicolás, donde  acompañaron a los alcaldes juntistas que concurrieron a dar apoyo a los productores rurales, y en el cierre de la jornada al mejor estilo estudiantina no faltó la foto grupal trasuntando indicadores de unidad.

En el PRO las distancias se tornan cada vez más indisimuladas

Si bien se dejó correr la versión de que los diputados amarillos cercanos a la égida de los intendentes habían solicitado la cabeza de Alex Campbell que se desempeña como segundo de Abad en la jefatura del bloque opositor, un legislador del PRO de buen trato con los dos bandos en pugna aseguró a PDS que eso no es tal: “Que yo sepa no hay nada al respecto, es una versión infundada”, manifestó.

Al tiempo que interpretó que una medida de este tipo representaría un quiebre en la estructura amarilla: “Seria como declarar la guerra y no es el mejor momento para esa trifulcas”, añadió.

Sin embargo, dejó la puerta abierta a un posible alejamiento voluntario del vidalista del cargo que ostenta en la bancada opositora: “Salvo que Alex quiera dar un paso al costado,  lo cual yo no descartaría”, continuó.

En el devenir de estos escarceos, ha venido llamando la atención los gestos políticos de Vidal, que a medida que parece alejarse cada vez más del proyecto de Horacio Rodríguez Larreta profundizó sus incursiones por la provincia de Buenos Aires.

Sus bajadas recientes a Tigre y a la Expo del campo en San Nicolás, acompañada de su circulo aúlico legislativo, reflejan que la actual diputada nacional en representación de CABA podría estar dejando entrever con sus acciones alguna intención de volver sobre sus pasos y reeditar una candidatura a gobernadora: “María Eugenia se fue de la provincia en 2019 y dejó a la tropa colgada del pincel, mantuvimos la unidad por nosotros mismos sino desaparecíamos, el tiempo de ella ya pasó”, expresó contundente otro legislador amarillo ligado a los alcaldes.

Un diputado que en su momento se mostró cercano al vidalismo y ahora se ha recostado hacia el polo de poder de los intendentes también fue lapidario y desestimó esa posibilidad: “No la veo bajando a la provincia, sí la vislumbro candidata a Jefa de Gobierno en CABA el año que viene”, tiró.