Por: Federico Cedarri

El radicalismo se encuentra imbuido en una etapa de introspección, fundamentalmente porque debe definir la estrategia con la que va a enfrentar un 2023 en el que quieren convertirse en una fuerza competitiva que pueda liderar la oferta opositora.

En la Legislatura han quedado expuestas las diferencias con el sector más duro de la bancada amarilla, aquellos resabios del vidalismo. Se sacaron chispas con los alcaldes radicales cuando estos apoyaron en diciembre la posibilidad de un periodo más de reelección a intendentes y legisladores.

Pero más allá de esos aspectos de formalismo técnico, el principal inconveniente que hoy tiene el radicalismo oficial que comanda Maximiliano Abad es la falta de un candidato competitivo que pueda, no solo hacerle frente a los candidatos que le planten el larretismo y Patricia Bullrich, sino que además sea solvente ante la competencia interna que al parecer le presentará en la provincia el sector que encabeza Martin Lousteau: Evolución.

El pasado fin de semana el senador nacional desembarcó en la ciudad de La Plata para respaldar públicamente a quien ya han comenzado a medir en territorio bonaerense y que habría aceptado el convite de participar políticamente en la provincia: el economista Martín Tetaz.

Si bien el platense le ha transmitido a su círculo íntimo que en principio se encargará de armar equipos técnicos en las diferentes secciones electorales para preparar una propuesta electoral, Evolución ha tomado la decisión de competir en las PASO con candidatos propios y aspira a que Tetaz ocupe el lugar que hoy el oficialismo radical por falta de candidatos no puede habitar.

Si bien el espacio que regentea Lousteau ve a la provincia de Buenos Aires como un eslabón de la estrategia presidencial del senador nacional, no les desagrada saber que quienes le ganaron la interna partidaria hace menos de un año atrás hoy están elevando súplicas a Facundo Manes para que desista de su aventura presidencial y baje a la provincia de Buenos Aires.

Si bien Evolución valora al neurocirujano y propala que junto con Lousteau han sido fundamentales para robustecer al radicalismo, estarían con la voluntad manifiesta de jugar la carta de Tetaz y enfrentarlo en una interna en caso de que Manes vuelva al ruedo bonaerense: “Tendremos candidatos en toda la provincia de Buenos Aires”, espetó ante PDS un referente de esa legión de correligionarios.

Coincidencia en la necesidad de amplitud política en el AMBA

Uno de los talones de aquiles que ha padecido históricamente el radicalismo, y que solo pudo contrarrestarlo en el 83 con la figura cautivamente de Raúl Alfonsín, vuelve a reflejarse en esta ocasión palmariamente: la debilidad estructural en el conurbano bonaerense.

Es por eso que tanto el oficialismo que conduce Abad como el espacio que reporta a Martín Lousteau coinciden sobre la imperiosa necesidad de sumar voluntades independiente y con pasado peronista para intentar hacer en pie en los distritos de la zona sur.

Si bien Martín Lousteau no ha cortado el contacto con Gustavo Posse, luego de la excursión de aquel por las filas de Diego Santilli ha quedado cierto resquemor hacia el sanisidrense por la imprevisibilidad de sus piruetas políticas  que tornan complicado cualquier entendimiento.

Sin embargo, le reconocen a Posse su radicalismo histórico y saben, por charlas preliminares que han sostenido con el alcalde, que en caso de que Evolución compita en la PASO con candidatos propios, el sanisidrense comprometería su apoyo.

“Tenemos que incrementar el volumen de Juntos en la provincia es la única manera de romper con los votos atados de la estructura del peronismo”, explican con preocupación a PDS desde el sector de Lousteau.

Si bien, descartan de plano cualquier conjetura de ruptura con el oficialismo radical, llaman la atención sobre un punto central que no dejarán pasar por alto: no desean en esta ocasión ser furgón de cola del PRO si tiene la alianza opositora la posibilidad de volver a hacerse con el poder provincial y nacional.

Destacan que no hay espacio para una aventura como la del período 2015-2019: “La experiencia de esos años si bien robusteció al radicalismo, ahora debemos adquirir protagonismo y participar activamente de las decisiones”, sostienen.

Y en lo que parece ser una piedra para el jardín del abadismo insisten con la postura de que la coalición opositora debería desterrar la palabra cambio de su sigla: “No tenemos nada que ver con lo que fue Cambiemos, debemos ampliar la base de sustentación y sumar actores que no se han visto identificados con aquellas gestiones en el ámbito nacional y provincial”, concluyen.