

Silvina Lizarriaga, Licenciada en psicología - sexualidad clínica, hace referencia a la importancia de la intimidad que deben tener las parejas con niños. Ésta se ve afectada por diversos factores, pero uno de ellos es la falta de límites claros.
‘’Tanto para los chicos, como para los padres, aprender que tenemos nuestro espacio de intimidad [...] es básico’’, señala la licenciada.
La sexóloga abre el debate para repensar con una de las preguntas más frecuentes que hace a sus pacientes, puertas de las habitaciones ¿Abiertas o cerradas? ‘’Nosotros no cerramos la puerta, sólo cuando vamos a tener un encuentro sexual’’ recibe como respuesta mayoritaria.
En diálogo con Política del Sur, Lizarriaga agrega que el primer paso para generar ese hábito en los chicos es enseñarles ‘’este es el cuarto de mamá y papá, y para que vos entres tenes que tocar la puerta’’. Recalca la facilidad que tienen los niños para aprender estas prácticas si uno es constante y determinante.
Sin embargo, la Licenciada sostiene que ‘’muchas veces dejar la puerta abierta es no enfrentarse con la sexualidad’’. Las parejas suelen utilizar este factor como excusa para dejar a un lado sus deseos. Cerrar las puertas de las habitaciones no se aplica sólo para los encuentros sexuales de los adultos, sino también para enseñar a los niños el respeto por la privacidad del otro.
Las vacaciones familiares suelen ser diferentes a las rutinas que se llevan en el hogar, aunque la privacidad y la intimidad deben permanecer en ambos espacios. Hay parejas que planifican sus viajes sin dejar de lado su relación, programan que haya ‘un dormitorio que va a ser para mamá y papá, y van a tener ese tiempo, así sea a las tres de la mañana’’
Por otro lado, hay familias que no tienen este punto como parte de su organización pero esto puede cambiarse con otras prácticas para darse el tiempo. ‘’Los chicos en un momento en la playa están jugando, y me puedo agarrar de la mano, puedo mirar, sonreir, y así generar una fantasía’’ aconseja Silvina.