Por: Federico Cedarri

Se acerca el comienzo del año ordinario en la Legislatura bonaerense y en el seno de la Cámara Alta aparecen algunos desacuerdos entre el oficialismo y la oposición que deben comenzar a zanjarse, especialmente en lo que tiene funcionalidad con la marcha de la administración provincial.

El próximo 28 de febrero vence el mandato del radical Enrique Grimberg al frente del Tribunal de Cuentas, un ente encargado del contralor de los gastos del Estado provincial y municipal y con el poder de  implantar severas multas a quienes infrinjan en algún desequilibrio de las cuentas públicas.

Es un cargo vitalicio que en la norma no escrita siempre le correspondió a la oposición, pero en este caso el gobernador Axel Kicillof optó por proponer a alguien de su extrema confianza para llevar a cabo es tarea.

El pliego con el nombre de Federico Thea que hasta hace pocos días desempeñó el estratégico cargo de Secretario General de la gobernación fue desestimado para su tratamiento en diciembre tanto por la oposición que acusó a Kicillof de querer imponerlo a la fuerza sin ningún tipo de consulta previa, como del mismo oficialismo que se mostró renuente a una discusión en  medio de las fructuosas negociaciones que se desenvolvían para la aprobación del presupuesto y la reelección de los intendentes.

Una vez apagadas las luces del diciembre incandescente, vuelve al ruedo el debate por el pliego del ex funcionario kicillofista, y en cierto modo se renueva la resistencia opositora que arguye que el oriundo de José C Paz es un conspicuo militante del kirchnerismo y un nombre propio del Gobernador, por lo que susurran en voz baja la inconveniencia de avanzar con alguien del que emana parcialidad.

Pero Thea tiene la característica particular de que encuentra renuencia tanto en la oposición como en el oficialismo.

El bloque del Senado que conduce Teresa García no ha practicado denodados  esfuerzos por acelerar el trámite de tratamiento del pliego del candidato de Kicillof, y también ha tomado fuerza  el trascendido de que el bloque peronista preferiría para ese cargo a una figura que concentre mayores consensos entre las filas del Frente de Todos,  y que fundamentalmente pase el filtro de la entente del poder parlamentario: La  Cámpora y los intendentes del conurbano.

Se echó a rodar en un primer momento un nombre que parecía contemporizar intereses y que es bien ponderado por la bancada de Juntos, el titular de Justicia, Julio Alak: “Parece más moderado y de hecho genera mejores impresiones que Thea, a quien consideramos un militante”, explica sucintamente a PDS un senador juntista.

El ministro de Justicia y de Derechos Humanos tenía apetencias de inmiscuirse en la lucha intestina del peronismo platense pero su intento fue desestimado por un golpe de mando del titular del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, que volvió a sellar una alianza con el sector que contiene retazos del burerismo y dejaron sin lista al alakismo.

De todos modos, el ex intendente platense y funcionario provincial estaría más convencido de integrar el pliego de candidatos para cubrir las tres vacantes en la Suprema Corte de Justicia.

El problema que tiene el Gobernador bonaerense es que no posee nombres propios que le respondan en ambas Cámaras legislativas y eso de cierta manera conspira contra las chances de que el pliego de su candidato tenga el tratamiento express que el mandatario reclama con insistencia.

Kicillof desconfía de intencionalidad política

Desde el entorno del mandatario conjeturan que la actitud distante que emerge del propio oficialismo hacia la aprobación del pliego de Thea podría enmarcarse en los aprontes de la pelea que puede instalarse con la vista puesta en el 2023,  y que nuevamente tendrá al parecer la impronta de Cristina Kirchner en el manejo de la lapicera conjuntamente con  La Cámpora y los alcaldes del conurbano, en una alianza que parece darle un nuevo viso de certidumbre al peronismo bonaerense.

Desde que Máximo Kirchner renunció a la presidencia del bloque nacional del Frente de Todos la situación coyuntural parece haber cambiado radicalmente, hoy el kirchnerismo parece haber tomado la decisión de aguantar los trapos en la provincia de Buenos Aires por lo que el escenario de objetivos vuelve a reconfigurase al son de esa intrépida determinación.

Sin embargo, el Gobernador trata de ampararse en lo aparentemente convenido  durante las jornadas de diciembre cuando la oposición juntista, especialmente el titular del bloque Christian Gribaudo y los intendentes Garro y Grindetti, le habrían asegurado que convencerían al resto de los legisladores del bloque opositor para asegurar la aprobación del pliego de Thea.

En la semana posterior a la Asamblea Legislativa podría comenzarse a dilucidar si finalmente el mandatario bonaerense tendrá la aprobación y el consenso que reclama para el pliego de su candidato al Tribunal de Cuentas o nuevamente despunta el juego interno y frustra el debate.