

Sheila tiene 14 años, y el próximo 7 de mayo es su fiesta de quince años en un salón reservado, al igual que el catering, el DJ y la ambientación, más los gastos del vestido, el maquillaje, entre otras cosas. Sin embargo, ahora tiene que usar peluca luego de que le quemaran el cabello en un servicio de peluquería en Lanús.
"Ella está mal. Para otros hay otro tipo de tragedias, pero para ella esto ahora es muy grave”, contó la madre de la joven, Verónica Rosé, quien remarcó que su hija se niega a festejar su cumpleaños.
En diálogo con el programa Política del Sur, la madre de la menor explicó que trató de hacer la denuncia en la comisaría pero fue derivada al Juzgado Civil y Comercial por Daños y Perjuicios. Por su parte, la adolescente hizo público su caso a través de las redes sociales donde expresó su lamentó por los sueños frustrados.
Mientras tanto, la mujer no descarta que la peluquera siga trabajando en su vivienda. “La escrachamos en redes sociales, los medios fueron a buscarla a su casa, pero no atiende", precisó.
"Nunca tuve un pedido de perdón ni nada. Me bloqueó de las redes sociales. No sé si sigue trabajando desde su casa, pero no es justo que esto le pase a mi nena o a nadie", agregó.
De acuerdo al relato de Rosé, su hija fue el 5 de febrero a la peluquería de Monte Chingolo donde solía ir una vez al mes para retocar las raíces. "Confiaba plenamente en la peluquera, por eso mandaba a mi nena sola porque en mi casa tengo a dos hijos chiquitos”, aclaró y añadió que “lo que hizo es negligencia".
Los primeros servicios habrían sido buenos, hasta que la última vez, en un momento de la sesión, la joven comenzó a notar algo raro en el pelo mientras transcurría el tiempo sin la presencia de la responsable. Ella permanecía sentada y pasaron casi dos horas mientras la peluquera arreglaba una persiana de su local.
Es así que Verónica, que trabaja en el área de control de acceso de la Facultad de Medicina, recibió el desesperado llamado de su hija. "Ella solo me dijo que era un producto nuevo, pero si es algo nuevo que no lo pruebe con un cliente. Lo que me indigna es que no reaccionó, no me dijo nada", señaló.
"La conocía hace años. Ella trabajaba en una peluquería en Capital, pero con la pandemia comenzó a trabajar en su casa", señaló en relación a la acusada. Tanto ella como su hija esperaban al menos un pedido de disculpas que todavía no llegó.
Sheila tuvo que ir a otra peluquería para arreglar el daño, aunque la única solución posible fue cortarlo, dejando apenas dos o tres centímetros de largo. Al día siguiente del incidente, ambas fueron a consultar a un dermatólogo.
Entre los preparativos de su fiesta de quince, como es tradición, Sheila tenía agendada una sesión de fotos para su book que debió cancelar después del incidente.
No solo eso, la joven es patinadora y compite en las categoría 2C y este año no quiere hacerlo. "Mi hija hace deporte y no le permiten estar con peluca, una vez creyeron que era peluca por el hermoso pelo que tenía", indicó.