jueves 12 de junio de 2025 - Edición Nº2381

Provincia | 3 feb 2022

En territorio bonaerense

Continuaría vigente la alianza entre los alcaldes peronistas del conurbano y La Cámpora

El frente oficialista tratará de imprimirle dinamismo a la agenda legislativa buscando alejarse de la polémica generada por el episodio con Máximo Kirchner. Buscarán mostrarse unidos en la aprobación del Consenso Fiscal que Kicillof firmó con la Nación.


Por: Federico Cedarri

El peronismo legislativo parece haberse tomarse un respiro luego de los altercados sufridos en razón de los desacuerdos por la negociación con el FMI que desembocaron en la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque oficialista en el Congreso Nacional.

En la provincia de Buenos Aires el esquema de poder es absolutamente peculiar y está basado en acuerdos disímiles que no concuerdan con los pactos a los que se haya acordado en otras jurisdicciones.

La influencia del kirchnerismo en el tablero político bonaerense es indudablemente mucho más trascendental que el que ejerce en el escenario nacional.

En primer lugar, porque el conurbano bonaerense representa la meca de la Vicepresidenta, donde más apoyos cosecha y el espacio geográfico que más votos aporta al proyecto del Frente de Todos.

También hay otros factores que influyen para que las cualidades difieran con la política nacional: la coyuntural alianza de La Cámpora con los intendentes del conurbano bonaerense.

Este entrelazamiento con conveniencias mutuas, le posibilitó a Máximo Kirchner encaramarse en la comandancia del peronismo bonaerense casi sin oposición, solamente se esbozó un pataleo del alcalde Esteban Echeverría, Fernando Gray, y algunas quejas subterráneas de jefes comunales del interior por la ausencia de debate partidario.

La convivencia fue reafirmada en septiembre cuando acontecida la debacle de las PASO, en acuerdo con Cristina Kirchner, Martín Insaurralde desembarcó en la Jefatura de Gabinete del gobierno de Axel Kicillof, para inyectarle musculatura política y territorial a un gobierno embretado en la burocracia a la que le costaba aceitar la relación con los intendentes.

El impulso a la gestión que ejecutó el ex jefe comunal de Lomas de Zamora, dinamizando los desembolsos hacia los intendentes sedientos de obras y recursos atrasados permitió reactivar la gestión provincial y lograr una remontada en las generales de noviembre con gusto a hazaña.

A la par de Insaurralde, también contribuyó en la tarea otro alcalde del conurbano, Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas, que tomó el fierro caliente del Ministerio de Infraestructura y comenzó a ejecutar partidas que ayudaron a la remontada electoral. 

Semejante mérito de logística desplegado por los funcionarios ligados al grupo conurbano fue ampliamente cobrado, como se dice en la jerga legislativa, al lograr encaramar a sus representantes en puestos estratégicos de los resortes parlamentarios.

Nardini coló a su ladero, Luis Vivona, en la línea sucesoria al ocupar la Vicepresidencia Primera del Senado desplazando a un representante de los intendentes del interior, el lapridense Alfredo Fisher, e Insaurralde continúa con el manejo de la Cámara Baja de la mano de su lugarteniente, Federico Otermín.

La Cámpora metió la cuchara en la negociación y valiéndose de la preciada alianza estratégica que sostiene con los alcaldes del Gran Buenos Aires, logró retener la jefatura del bloque en diputados y posicionar a un representante de ese espacio: el olavarriense César Valicenti.

En el Senado, la irrupción de Teresa García en la titularidad del espacio también se ciñe y respeta la alianza de poder predominante, ya que la ex funcionaria de Kicillof mantiene buenos lazos con Cristina Kirchner, de hecho comandó el bloque durante el periodo en el cual el kirchnerismo estuvo en el llano, y es sumamente valorada por los intendentes con los cuales trabó una saludable relación cuando fue Ministra de Gobierno.

En este escenario la renuncia de Máximo Kirchner configuraría un hecho aislado que no influiría decisivamente en el importante engranaje político que se ha constituido en el oficialismo parlamentario.

Acelerar la agenda legislativa para dejar la polémica atrás

En esa línea, es que los diputados y senadores del peronismo intentarán dejar atrás la página que ocupó la polémica y pretenden sumergirse durante las próximas semanas en discusiones pendientes de la agenda legislativa.

Tiene en mente un llamado a sesiones extraordinarias durante febrero para aprobarle al Gobernador el Consenso Fiscal rubricado con la Nación, con la intención de brindar certidumbre mediante el apoyo a los criterios de sustentabilidad financiera e impositiva a los que se comprometió el gobierno de Kicillof.

Este tema constituye un eslabón fundamental de la gestión del mandatario, ya que marca las pautas de solvencia fiscal del Estado bonaerense, no solo en los consistente a la toma de deuda sino también para avanzar en la simplificación impositiva y en un criterio de progresividad en el cobro de los tributos.

“Queremos dar una señal de que estamos todos unidos y demostrar que más allá del ruido político que se generó con lo de Máximo, en la provincia la plataforma de acuerdos es muy sólida y no se va a romper”, le garantizó a PDS un relevante legislador peronista.

Tal como anticipó este portal a comienzos de semana cuando se produjo la renuncia del hijo de la Vicepresidenta de la Nación al bloque oficialista del Congreso Nacional, la intención de las máximas espadas legislativas sería la de no producir modificaciones que alteren el status quo del poder parlamentario.

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