Por: Federico Cedarri

La situación política dentro de la alianza opositora desnuda con crudeza las dificultades que encuentran los diferentes espacios que la constituyen para congeniar posiciones unívocas, que traten de matizar las diferencias, y puedan llegar al 2023 con un criterio al menos coincidente aunque sea en lo discursivo.

Pero hay un actor central en el conglomerado de Juntos que si bien tiene importantes referentes en el orden nacional sufre una especial anemia en lo que respecta a apellidos fuertes en el ámbito de la provincia de Buenos Aires: la Unión Cívica Radical.

Si bien reivindican tener como acreencias un importante cúmulo de alcaidías dentro del territorio bonaerense, la dificultad radica en que las mismas tienen una incidencia demográfica menor en relación con lo portentoso que significa el caudal electoral de los grandes centros urbanos y el conurbano bonaerense.

En el radicalismo están convencidos de que más allá de la prédica que ha esbozado en el último tiempo Facundo Manes, de que solo quiere recorrer el país para finalmente decantar en una candidatura presidencial en el 2023, finalmente desembocará en la conclusión de que debe jugar su suerte dentro del partido centenario bonaerense en la próxima elección interna justamente ante sus socios amarillos.

La indecisión de Manes está siendo visualizada, no solo por sus correligionarios, sino también por sus socios durante las legislativas y para muestra sobra un botón: Emilio Monzó ya pegó el salto hacia el larretismo y parece posicionarse como uno más en la grilla hacia el sillón de calle 6.

Tampoco se vislumbra que actitud tomará el peronismo republicano de Joaquín De la Torre, que si bien se quedó con la Vicepresidencia Segunda en el Senado con apoyo del radicalismo, relegando a un puesto menor en la jerarquía a Alejandro Cellillo, también se habla que Miguel Pichetto podría involucrarse en el juego bonaerense y lo cuenta al legislador de San Miguel como potencial aliado.

Igual dentro del radicalismo no se muestran inquietos y esperan que el transcurrir del tiempo vaya acomodando los melones en el carro y termine convenciendo al neurocirujano de inmiscuirse en la arena provincial al ver corroído su proyecto presidencialista por falta de apoyos sustanciales a nivel nacional.

Un importante legislador radical definió ante PDS el cuadro de situación de la hipotética candidatura de Manes: “Facundo quiere recorrer el país y posteriormente tomará una decisión, el Congreso Nacional te va dejando sin agenda y dejas de estar paulatinamente en el centro de la opinión pública, pero él cuenta con una muy buena imagen que puede aún capitalizar, pero sería necesario que se decida pronto si quiere encarnar la candidatura a Gobernador porque es nuestra carta más fuerte”.

En esa línea, otro importante dirigente radical confió que finalmente Manes será el postulante en la provincia: “No tengo dudas que es quién mejor representa al radicalismo, pero en caso de que él quiera ir por la presidencia el partido generará las condiciones para tener igualmente un candidato competitivo en la interna a la altura de lo que representa la UCR”, soltó envalentonado.

En rigor, más allá de la bravuconada de algunos referentes centenarios saben en su fuero íntimo que están perdiendo un tiempo valioso y perdiendo el envió de las legislativas, mientras el larretismo siembra candidatos por doquier el radicalismos tiene en las gateras la ilusión de un Manes que repite como un mantra que se debe postergar las discusiones electorales y hace hincapié en profundizar el debate con la sociedad para logar una síntesis que contribuya a mejorar la economía y la situación social.

El radicalismo no considera a Gustavo Posse como parte de su hipotética ofertas electoral, y pese a que el alcalde de San Isidro repartió fotos de un encuentro que sostuvo con Gerardo Morales, el politburó del partido provincial no olvida que luego de haber perdido la interna en vez de acompañar la postura del oficialismo partidario corrió presuroso  a estrechar lazos con Santilli en una actitud que calificaron como despechada.

Los correligionarios pueden mostrar como precarios aliados al partido Gen que conduce Margarita Stolbizer en caso de que Facundo Manes sea el referente distrital, si eso no es así sería aventurado mensurar que la fuerza de centroizquierda continúe el mismo rumbo que sus actuales socios.

Roces del radicalismo con la Coalición Cívica

Pese a que la mayoría de sus cuadros son antiguos militantes radicales, entre la estructura partidaria y la fuerza que conduce lilita Carrió parece existir algún encono difícil de dilucidar pero que los ubica asiduamente en caminos separados.

Y esta no parece ser la excepción, si bien dentro del espacio todavía fantasean con una hipotética candidatura de Carrio a la gobernación bonaerense, los más realistas confiesan en voz baja que seguramente terminen alineados con el larretismo y apoyarán algún candidato a gobernador emergente del PRO.

Puertas adentro desestiman la fortaleza radical y creen que a la debilidad intrínseca de partido centenario en el conurbano se le suma el agregado de que no maneja casi ninguna intendencia de los grandes centros urbanos del interior, situación que analizan como condicionante para encabezar la boleta de la alianza opositora.

“El radicalismo como está actualmente solo puede aspirar a integrar la formula como fue el caso de Daniel Salvador”, subraya a PDS un legislador lilito.

Y fue más allá al sostener: “Hoy no tiene candidatos, lo de Manes se pinchó, es puro humo”, disparó.