lunes 05 de mayo de 2025 - Edición Nº2343

Sociedad | 26 nov 2021

Problemáticas en el sexo

La incorporación de un tercero, ¿soluciona o complica los problemas en la pareja?

La sexóloga Silvina Lizarraga explicó cuáles son las verdaderas consecuencias de cumplir con una de las fantasías más comunes: el trío en una relación consolidada.


En la actualidad, el avance de la deconstrucción y la erradicación de viejos parámetros instaurados a lo largo del tiempo fomentaron la aceptación de la diversidad en muchos estándares de la sociedad. La sexualidad es uno de ellos y permitió abrir las puertas a distintas fantasías o juegos que antes eran impensados.

La licenciada en sexología, Silvina Lizarraga, en su columna radial en Política del Sur, explicó cuáles son las consecuencias que puede traer la incorporación de un tercero a la relación sexual de una pareja. “La fantasía del trío es la más común que hay en la Argentina. A veces, tiene que ver con que la pareja no está funcionando y tratan de buscarle la vuelta de esa manera”, expresó.

Desde su punto de vista, es mejor que la inclusión de alguien externo “quede en una fantasía en vez de concretarse, porque uno puede jugar con eso, hablar y se genera algo interesante”. Sin embargo, que el trío se vuelva realidad es propenso a perjudicar aún más la pareja. “Si el que está mirando ve que el otro la pasa mejor con el tercero que con uno mismo, le provoca un ruido tan grande que no puede seguir con la relación. Esto suele pasar en una pareja consolidada en el tiempo”, enfatizó.

En otro orden, la profesional se refirió al “sincericidio” como un parámetro destructivo en el vínculo. “A veces, en el intento de ser sincero, uno agrega palabras que lastiman mucho a la otra persona. No es lo que uno dice, sino cómo lo dice. Hay que comunicar lo que nos pasa de la mejor manera y lo más claro posible para no herir al otro”, manifestó.

Asimismo, Lizarraga destacó la importancia de exponer los sentimientos porque, de lo contrario, “me sigo enroscando y cada vez se hace más grande y pesado”. No obstante, es vital encontrar el momento adecuado para comunicar lo que uno siente. “Cuando soy inoportuno al decir las cosas, puedo descolocar al otro”, aseguró.

En tanto, la sexóloga subrayó la complejidad de tratar con una persona que manifiesta sus sensaciones sin preocuparse por cómo lo reciba su pareja. “Hay a quienes no les importa lo que le pasa a la otra persona. Cuando hablan sin filtro, la cosa se pone muy tensa; hay que accionar el freno de mano y trabajar sobre el control de sus impulsos”, sostuvo.

Por último, Lizarraga se refirió a las cuestiones que no quedan en la intimidad de pareja y llegan a oídos de otros. “Algunos necesitan exponer su sexualidad para impresionar a los demás. Le cuentan algo de la intimidad a un amigo, se juntan, éste mira a su pareja y se acuerda de lo que le contó. La mirada cambia. No está mal que uno hable, pero primero debe hacerlo con su pareja”, concluyó.

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