Un presunto miembro de la temible “mafia china” fue detenido el lunes a la tarde acusado de extorsionar a supermercadistas de origen oriental en el partido de Lanús.

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El aprehendido, un ciudadano chino identificado como Weng Wuyi, era investigado por personal de la División de Delitos Complejos y Crimen Organizado de La Plata a raíz de varias denuncias en su contra.

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De acuerdo al testimonio de las víctimas, la función de Wuyi dentro de la organización criminal era cobrar dinero a los dueños de supermercados chinos de la zona de Villa Diamante, a quienes les exigían el cobro de grandes sumas en dólares, bajo amenazas.

En caso de no colaborar en el pedido de los delincuentes, las víctimas podían padecer ataques, secuestros o el incendio del negocio, como una de las represalias más comunes que llevan a cabo este tipo de malvivientes que acecha el Conurbano Bonaerense.

Lejos de entregarse a las autoridades sin ofrecer resistencia, los uniformados tuvieron que contar con el apoyo de los efectivos de la Comisaría de Valentín Alsina para poder atrapar al sospechoso, que trató de escapar a bordo de un auto Mercedes Benz que había sido reconocido en varios hechos investigados.

Fuentes policiales informaron a Política del Sur que el presunto delincuente chocó el móvil de la Policía sobre la avenida Remedios de Escalada y Presidente Perón, donde fue capturado.

En el interior del vehículo, incautaron un arma de fuego del tipo pistola calibre 765 con municiones en su cargador, como así también una pistola de gas comprimido, botellas de bebidas alcohólicas.

La Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del Departamento Judicial de Avellaneda – Lanús avaló lo actuado y solicitó la detención por los delitos de “resistenia a la autoridad” y “portación ilegal de arma de uso civil”.

Sicarios argentinos, la nueva mano de obra de la mafia china

A diferencia de la década pasada, en la que las disputas por el cobro de dinero que no se realizaban se resolvían a tiros entre compatriotas, ahora la mafia china ópera de otra manera y reclutar sicarios argentinos como mano de obra para llevar a cabo las venganzas.

Estos delincuentes de nacionalidad argentina son contratados por los cabecillas de la organización criminal para ser parte de la segunda parte del plan y más violenta. Atacar a aquellos que se niegan a colaborar con la entrega de dinero de entre 30 y 50 mil dólares en efectivo a cambio de “protección”.