Luego de casi un mes de agonía, Alan Rico, el joven de 18 años que peleaba por su vida tras ser brutalmente golpeado el 23 de agosto por una patota en El Jagüel falleció en el hospital Santamarina de Monte Grande. 

En diálogo con el programa Política del Sur, el hermano de la víctima, Brian Rico, dio detalles del hecho y expresó su tristeza. “A nadie se le puede hacer lo que le hiceron a mi hermano”, manifestó con la voz quebrada por las lagrimas.

Por ahora, la causa cuenta con tres detenidos, de 15, 16 y 17 años. Sin embargo, el resto de los agresores que golpearon a Alan con botellazos, trompadas y patadas en el suelo están prófugos. En total, serían por lo menos 15 los partícipes del crimen “en manada”.

“Los que están presos son el que empezó la pelea y el que le pegó el botellazo a mi hermano”, contó Rico. Según relató, su hermano iba a su clase de boxeo junto a dos amigos cuando fueron interceptados por los acusados.

De acuerdo a su palabra, el movil de la agresión fue un conflicto entre uno de los acompañantes del damnificado con uno de los autores del homicidio. “Uno de los chicos tenía un problema con uno de los amigos de mi hermano”, indicó.

Y añadió: “Los cruzaron en una esquina, los encierran y se empiezan a pelear. A mi hermano le dieron un botellazo en la cabeza. Cuando cae al piso le dieron otro botellazo y le empiezan a pegar”.

No conformes con la brutal agresión, los asesinos arrastraron a la víctima, que ya estaba desvanecida por el fuerte el golpe en la cabeza y le robaron las zapatillas.

“Son una banda, un grupo de amigos que viven todos rodeando la plaza del barrio Martínez Moreno. Algunos son parientes”, aseveró Rico. El resto de los integrantes de la patota que mató a Alan fueron identificados y detenidos, aunque recuperaron la libertad debido a su edad ya que la mayoría de ellos son menores.

Pirmero intervino en la causa la Unidad Funcional 1 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, aunque el expediente le sería enviado a los miembros del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, debido a la condición de menores de edad de los individuos que fueron capturados.