Por: Diego Lanese

En el boxeo, “ la leonera” es la tribuna más barata, y por tanto la más popular. En otros tiempos, su veredicto era casi tan importante como el de los jueces, y hay mitos sobre peleas que se dieron vuelta por su clamor. José María Gatica fue su máximo ídolo, y no por nada en su mítico encuentro con Juan Domingo Perón, en el relato de Leonardo Fabio inmortaliza la frase “cómo ruge la leonera General”. El poder del veredicto popular, que se puede remontar al Coliseo romano, es en política tan importante como la famosa superestructura, y se expresa no sólo por los votos, sino también en los climas que crea.

 

En la pelea interna desatada en el gobierno nacional, la contienda se salió del ámbito de los palacios, e ingresó en su etapa pública. El cambio no es casual, y apunta a una ventaja que tiene Cristina Fernández de Kirchner respecto de Alberto Fernández y en rigor de verdad de todos los dirigentes políticos del país: a ella “la leonera” la adora.

 

Estas líneas no buscan dar una respuesta analítica o política de la pelea que se desató en el interior del gobierno y el Frente de Todos, que tiene muchos y mejores intérpretes. Pero en el segundo día de la puja, la carta de la vicepresidenta puso la situación al alcance de un clic, y ahora todo será de cara a la gente.

 

La misiva fue no sólo la respuesta a las expresiones públicas de Alberto Fernández, sino que el final de la movida del espacio para sacar de la Casa Rosada la discusión. La misma empezó con la renuncia abierta de Eduardo “wado” de Pedro, le siguió con el audio filtrado de Fernanda Vallejo y finalizó con la carta de CFK.

 

Como siempre… sinceramente. https://t.co/HGVqROXG1G

— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) September 16, 2021

La renuncia de “wado” sirvió para alinear ante la gente el gabinete. Renunciantes y resistentes. Los tuyos y los míos. Los mensajes de Vallejos, más viscerales, apuntaron a cristalizar el malestar de la dirigencia, que ungió al Frente de Todos por la decisión de CFK. La carta, donde se terminan de confirmar las diferencias, es el diagnóstico final del rechazo a la política del presidente y sus hombres. Todo a la vista de la gente.

 

El resultado es lo esperado: “rugió la leonera”. Una recorrida por las redes sociales y medios en general muestran el descontento. Incluso Cristina dijo que le advirtió de lo mala de la situación, y De Pedro informa que lejos de los sondeos optimistas aseguró que tenía datos de la inminente derrota. La gente ya habla de “ajuste”, de cambio de rumbo, de nuevos intérpretes. En su carta la vicepresidenta dice que ella no jaquea al gobierno, sino “la elección y la realidad”.   

 

A partir de esto, el muy difícil pensar en una nueva convivencia en las diferencias, como se pensó que sería el Frente de Todos. Nadie sabe cómo se resolverá esto, el presidente sabe que no tiene los votos –aunque logró alienar a medio gabinete, gremios, gobernadores e intendentes, lo que no es poco –ni la popularidad necesaria para dar un portazo. La “leonera” ruge y clama por “más kirchnerismo”, y le achica el margen de maniobra.

 

Tal vez el error fue pensar que en nombre de la lealtad al espacio o el miedo al macrismo, su gestión iba a ser apoyada pese a los niveles de pobreza y desigualdad. Ese es el problema de tener sólo el apoyo del “ring side”, la tribuna más cercana –y cara–en el boxeo. Se puede creer que se está ganando la pelea, pero cuando se levanta la cabeza, el clamor popular da su veredicto. Y ahí lo cosa es clara. Si lo sabrá Alfredo Prada, que con su prolijidad fiscalista se hizo dueño de un restaurante, pero nunca pudo alcanzar la estatura de ídolo popular de Gatica, el dueño de la “leonera”.

 

Los gremios, como mediadores

 

Ante la situación general, primero la CGT y luego el Frente Sindical se reunieron y marcaron su postura, de manera cauta y sin demasiadas estridencias. Unos y otros le mostraron su respaldo al gobierno, aunque de manera distinta. Los dos grandes sectores de la CGT, con matices, coinciden en algo: la necesidad de la unidad. Y el movimiento obrero poder ser “el garante”, ante la pelea en el interior del gobierno nacional. Por eso, como pudo saber Política del Sur, los dirigentes enviaron mensajes de unidad a la Casa Rosada y al Senado, y tratando de evitar la ruptura. “Resistimos el macrismo, construimos y fuimos parte de su derrota, y ahora queremos evitar que esta disputa le abra la puerta a su vuelta”, resumieron en ambos espacios.

Comparto el documento elaborado hoy durante el Plenario Nacional de Secretarios Generales del #Semun, #FrenteSindical y @CFTArgentina pic.twitter.com/yx8jgtqqKX

— Sergio Adrián Sasia (@sasia_sergio) September 16, 2021

 

El documento de la CGT llegó en plena guerra de versiones, y marcó la postura de la central obrera. Como informó Política del Sur, la central obrera salió a “bancar” al presidente y las instituciones presidenciales, a quien puso en el mismo plano que al mandatario. “Después de un amplio debate con fortaleza expresamos nuestra defensa al gobierno electo constitucionalmente y la institución presidencial como la referencia plena de la gobernabilidad del país”, recalcó la central obrera en su texto. A diferencia de Pablo Moyano, que posteó una foto con Alberto Fernández pero habló del respaldo a Cristina Fernández de Kirchner, la CGT mostró su apoyo a la figura presidencial, y pidió “fortalecer el trabajo y el convencimiento para solucionar los problemas”.