No pudo Lanús con el paso arrollador de River. Luego de las dos victorias ante Atlético Tucumán y Colón, se vio una imagen desdibujada en la noche de Cabrero y Guidi, donde el conjunto de Núñez continuo con su andar arrasador. Con esta derrota, el Granate ya no es uno de los líderes del campeonato. Ahora la cima es propiedad de San Lorenzo e Independiente.

River impregnó en la cancha su sello característico y le demostró al dueño de casa las armas con las que llegaba para hacer frente en el ataque: el tándem Zuculini- Pérez como la columna vertebral, la clase magistral de Suárez para desorientar a la defensa rival, volantes como De La cruz dispuestos a aportar su cuota ofensiva y una sólida defensa que sirvió de base para el sostén.

En el comienzo del encuentro, el local apostó a la pelota parada. Quiso incomodar con la pegada de Ignacio Malcorra, y con centros desde los costados, cargando con los tanques. A los 20, una conexión en velocidad casi le permite al dueño de casa ponerse en ventaja: José Sand, de frente al arco y pisando el área, remató desviado.

Entre la presión de la Banda y el marcaje celoso, con duelos individuales, del local, los espacios no abundaron. En consecuencia, urgía una gambeta, atrevimiento, para romper la paridad. Y a los 30 minutos, Matías Suárez sacó a relucir su desequilibrio. Armani sacó un pelotazo largo para su corrida: el ex Belgrano metió el freno preciso tras el sprint y cedió para la llegada de Zuculini, quien desde el borde del área resolvió con precisión para rubricar el 1-0.

Antes de irse al descanso, River estiró la ventaja con otra genialidad de su número 7. El mago sacó un pelotazo de la galera, se la cruzó a Zuculini y el mediocampista, con pura calidad europea, la bajó con dos toques para cederle el disparo a De La Cruz, que no falló y definió al palo más lejano de Acosta.

En el inicio del complemento, volvió a golpear. Tras una productiva gambeta de Carrascal sobre la derecha, casi cayéndose, envió un centro elevado que se le escapó al arquero local y De La Cruz, siempre optimista esperando el rebote, empujó en el área chica. 3-0 irremontable para la máquina de Gallardo.

El Granate, ya casi rendido, fue contra la marea y trató de descontar para achicar la brecha. Sin embargo, Franco Armani estuvo atento a la hora de intervenir y minimizó todo tipo de chances.

Terminó siendo un triunfo clave de River para ganar confianza en el campeonato en medio de una seguidilla de partidos importantes, que incluyen la serie frente a Atlético Mineiro por cuartos de Libertadores y el superclásico en octavos de final de la Copa Argentina. Por su parte, Lanús deberá recuperarse rápido y no desaprovechar las dos primeras victorias que lo sostienen arriba. En la próxima jornada, los dirigidos por Luis Zubeldía recibirán a Unión de Santa Fe el sábado desde las 15.45 en La Fortaleza.