jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

Avellaneda | 23 jun 2021

INFORME DE LA UNDAV

La reproducción de la desigualdad de género en los grandes sectores de la economía

En su habitual informe económico, la Universidad Nacional de Avellaneda analiza el impacto de la discriminación de las mujeres en las distintas áreas de la producción nacional.


La presencia de mujeres dentro de las ramas económicas vinculadas al cuidado reproduce la división sexual del trabajo, mostrando tres actividades feminizadas: el servicio doméstico (98,5 por ciento), la enseñanza (75,6 por ciento) y los servicios sociales y de salud (69,3 por ciento). Contrariamente, los sectores más masculinizados son la construcción (3,1 por ciento), la agricultura, y ganadería (8, por ciento) y transporte y comunicaciones (8,7 por ciento) en tanto ámbitos considerados en el imaginario social como exclusivos del varón.

 

A su vez, la representación de las mujeres en puestos directivos o jefaturas es significativamente inferior a la de los varones (32 por ciento en total), incluso en los sectores feminizados. El único sector donde las mujeres muestran mayor participación en cargos de alta jerarquía es en la Enseñanza (75 por ciento). Otro aspecto para destacar es que, en las actividades más masculinizadas la participación de las mujeres en los altos cargos es mayor que en el total de empleados. Si bien el acceso a este tipo de cargos no es intrínseco a la propiedad de los medios de producción, el bajo porcentaje de mujeres en direcciones o jefaturas también se encuentra vinculado a su sub-representación entre les patrones y cuentapropistas (30 y 42 por ciento, respectivamente).

 

Por otra parte, en este contexto, es importante destacar la discriminación que sufren las mujeres en el sector de la Salud. A pesar de que ellas representan a 7 de cada 10 empleados en la actividad que hace frente al combate de la pandemia de la Covid-19, las mujeres sufren una gran discriminación laboral que se hace evidente no solo en el menor acceso a puestos de decisión sino también en la desigualdad salarial que se amplifica en los rangos de mayor jerarquía.

 

La desigualdad salarial tiene como principal fundamento las diferencias en la cantidad de horas trabajadas en el mercado laboral, resultado de la desigual distribución en las tareas domésticas y de cuidados no remuneradas realizadas mayoritariamente por mujeres. En todos los sectores, sin excepción, la cantidad de horas que trabajan las mujeres es menor a las realizadas por los varones. Las mayores diferencias se registraron en el sector de la Industria (15 horas), Agricultura y Ganadería (12 horas) y Construcción (12 horas).

 

Por lo tanto, si en lugar de tomar la remuneración mensual observamos el ingreso horario, las brechas salariales se reducen considerablemente. No obstante, en los sectores con mayor participación de mujeres, como en la enseñanza y en los servicios sociales y de salud, la brecha en el ingreso continúa siendo significativa, 56,8 y 17,6 por ciento, respectivamente, en favor de los varones. Por último, es importante destacar que estas desigualdades se dan incluso a pesar de que las mujeres están más calificadas en términos de años de educación que los varones. De las 15 actividades relevadas, en 13 la mujer presenta más años de educación que el varón.

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