De manera sorpresiva, esta semana se confirmó la muerte de Eugenio Zanarini, el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). El funcionario fue encontrado muerto en su domicilio, y según fuentes del gobierno, se trató de un problema vinculado a una afección cardíaca. Hombre de confianza del ex ministro de Salud, Ginés González García, su sucesión genera versiones en torno a la Casa Rosada, algo que los gremios miran con atención. Es que su cargo es clave para el manejo de los fondos de las obras sociales. Si bien no era el nombre que pretendía la CGT, en el tiempo que estuvo en funciones Zanarini logró una relación respetuosa con la dirigencia. El temor es que el kirchnerismo nombre a una ex funcionaria con quien los sindicatos tuvieron duros enfrentamientos.

La candidata a ocupar la Superintendencia por parte del kirchnerismo es Liliana Korenfeld, que ya supo ocupar ese lugar y que actualmente se desempeña al frente de la Dirección de Ayuda Social del Personal del Congreso de la Nación (DAS). Fue designada, justamente, por la titular del Senado, Cristina Fernández de Kirchner.  La central sindical pretende que el sucesor de Zanarini sea alguien que pueda administrar los intereses de todos los actores del sistema, tanto privados como de la seguridad social, sin favoritismos, y recuerdan que con la ex funcionaria tuvieron duros cruces en el pasado.

Dentro de los gremios, son dos los dirigentes que encabezan esta negociación: el secretario general de la CGT, Héctor Daer (Sanidad) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), secretario de Acción Social de la CGT. El nombre que aportan los “gordos” es el de David Aruachán, médico cirujano, ex presidente de la obra social de Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y que hoy ocupa el rol de gerente general en la SSS.

Hay otra discusión que se reaviva con esta vacante, y esta discusión está relacionada a la iniciativa del kirchnerismo de reformar el sistema de salud, proyecto que introdujo la vicepresidenta en el debate público en un acto en La Plata en diciembre del año pasado, y que generó temor en los gremios.

Ese proyecto, que quedó postergado pero que aún está en la agenda de la vicepresidenta, propone una integración de todo el sistema. Un sistema único, que implicaría una reestructuración de todo en la estructura sanitaria. El kirchnerismo ya tenía redactado un borrador de esta iniciativa, elaborado por Soberanía Sanitaria, la organización que encabeza el viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak.