Temperley no levanta cabeza y cada día muestra menos reacción. La derrota por dos a cero sobre Tigre fue una prueba más de la falta de jerarquía de un equipo que no puede contra sus propios fantasmas. Fue una nueva pálida actuación de los dirigidos por Fernando Ruiz que se hunden en las posiciones.

En el comienzo del encuentro, Temperley aparecía replegado y entregándole campo y pelota a Tigre. Así el conjunto de Victoria parecía al acecho para marcar el primero en cualquier momento.

De todos modos, el conjunto de local tendría dos aproximaciones de riesgo en los primeros minutos. Fue por intermedio de Agustín Campana, quien se mostraba movedizo y haciendo jugar al equipo de Fernando Ruiz. Con un remate de derecha a los siete minutos, exigía a Felipe Senobio. También, intentaba desde afuera también más tarde, pero no podía llegar al gol.

Sin embargo, esa ráfaga de Temperley solo sería eso. Una ráfaga, ya que Tigre comenzaría a hacerse amo y señor del encuentro. Sobre los 17 minutos, luego de una gran habilitación Pablo Magnín quedaría cara a cara con Joaquín Papaleo y tras eludirlo marcaba el primero de la tarde. El equipo de Victoria hacía gala de su efectividad y Magnín cumplía con la ley del ex.

A partir de ese momento, los dirigidos por Diego Martínez serían protagonistas para volver a ampliar el resultado. Un cabezazo de Magín al palo y luego Papaleo le sacaba el gol a Tomas Fernández. El Gasolero era superado y el esquema 4-1-4-1 hacia agua por todos lados.

Y sobre los 23 minutos, después de muchos errores en la salida el árbitro sancionaba penal para Tigre. Una mano de Facundo Gómez decretaba la pena máxima y la posibilidad para el visitante de ponerse arriba por dos goles. Y así fue como nuevamente Magnín ponía el dos a cero para Tigre.

El equipo de Fernando Ruiz defendía en línea y Tigre lo aprovechaba. Cualquier ataque parecía que podía terminar en gol y Magnín estaba intratable.

Así se iban al descanso, con una victoria parcial visitante más que justificada. Temperley preocupaba y parecía que se venían cambios para la segunda mitad. En ese plano y cuando volvieron del entretiempo, Axel Paiva ingresó por Lucas Baldunciel.

Igualmente, el conjunto de Turdera seguía sin encontrar los caminos. No aparecían las ideas en el equipo de Ruiz, que casi sufre el tercero. Sebastián Prieto no estuvo fino como para vencer a Papaleo. El celeste quedaba regalado en defensa, dado que iba en busca del descuento.

Ruiz volvería a mover el banco con los ingresos de Mauro Molina y Sebastián Martelli por Agustín Allione y Elías Contreras. Con estas modificaciones trataba de darle mayor movilidad en ofensiva, pero a Temperley le faltaba creación de tres cuartos en adelante.

En ese contexto, Temperley dejaba espacios y Tigre quería liquidar el encuentro. Con Lucas Menossi como eje, el elenco de Victoria si apretaba el acelerador podía poner el tercero en cualquier momento. De todos modos, se notaba que regulaba Tigre. La supremacía de su plantel se veía reflejada en el campo de juego, ya que el elenco de Victoria cuenta con jugadores como Sebastián Prediger, Pablo Magnín, Sebastián Prieto, Enzo Díaz, entre otros. En los nombres, los de Victoria ya superaban a los de Turdera.

Sobre los 20 minutos, los dirigidos por Diego Martínez desperdiciaban una chance inmejorable. En un contragolpe encabezado por Becker, el delantero remataba desde afuera del área y la pelota se iba desviada cerca de uno de los palos defendidos por Papaleo. Se volvía a salvar Temperley y había olor a partido definido.

En ese andar, parecía que al encuentro le sobraba un tiempo. Un Temperley sin ideas quedaba condenado a la derrota. Y así sucedió. El dos a cero quedó exiguo, pero se ajustó mucho a lo que pasó en la tarde lluviosa del Alfredo Beranger.

De esta manera, el Gasolero suma tres unidades en la Zona 1 de la Primera Nacional y en la próxima fecha visitará a Alvarado en Mar del Plata. Necesita recuperarse de pálidas actuaciones si quiere empezar a enderezar su rumbo en el campeonato.