Por: Sabrina González Flores

El 2 de julio del 2019, Lorena González, viuda de Guillermo Simenoff, escuchó al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora, condenar a Juan Cruz Agosta y a Maximiliano Ruda a las penas de reclusión perpetua y a 25 años de prisión, correspondientemente, por el homicidio de su marido. Más de un año después del fallo, finalmente este jueves la Sala I de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires, dejó firme la sentencia que había sido apelada por los defensores de ambos imputados. 

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 El 11 de septiembre de 2016, Guillermo Simenoff circulaba en moto junto a su hijo de 10 años sobre la avenida Almirante Brown, allí en la intersección de Cangallo, el hombre fue interceptado por dos motochorros armados que lo amenazaron con un arma para robarle la moto. 
 
Sin embargo, aunque el hombre entregó el vehículo uno de los delincuentes lo baleó en el tórax y huyó de la escena del crimen junto a su cómplice. Como consecuencia del impacto, Simenoff falleció horas más tarde. 

Por el hecho fueron detenidos e imputados Juan Cruz Agosta y Maximiliano Ruda y aunque durante el proceso a cargo del TOC 3, la fiscalía y la querella lograron demostrar la culpabilidad de los acusados, luego de que el Tribunal dictó la sentencia, ambas defensas apelaron el fallo.

Más de un año después del final del juicio que concluyó el 2 de julio del 2019, este jueves la Sala I de Casación Penal de la provincia de Buenos Aires, afirmó la sentencia para ambos imputados: Para Agosta la pena fue de reclusión perpetua por el delito de “robo agravado por el uso de arma de fuego con homicidio agravado con la conexión criminis causa”, mientras que Ruda recibió 25 años de prisión por “robo agravado con el uso de arma de fuego con homicidio agravado resultante”.

En diálogo con Política del Sur, Lorena, aseguró que “esto es un alivio” y admitió que tanto ella como sus dos hijos están “más que felices” con el fallo. 

“Para nosotros todo es un alivio,el hecho de que esta gente pague por lo que hizo, para mis hijos y para mi es más que gratificante porque,  en lo personal, fue un balde de agua fría cuando me dijeron que ellos tenían el derecho de apelar ¿apelar qué? si todas las pruebas llevaban a que ellos eran los culpables, pero ahora con este fallo estamos más que felices”, celebró la mujer.