viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº1941

Provincia | 9 feb 2021

INFLACIÓN IMPARABLE

El aumento del costo de vida en el centro de la disputa política

Continúa la puja por la disparada de los precios de los alimentos que tiene un impacto tajante en el índice inflacionario. El gobierno nacional amenaza con la suba de retenciones y se vislumbra un nuevo conflicto con los sectores ligados al campo.


Por: Federico Cedarri

La suba de alimentos es una problemática que se posiciona en forma reiterada y en cierta manera forma parte de la idiosincrasia de nuestro país, fundamentalmente porque el bolsillo representa la viscera más sensible de una persona, al decir de un legendario ex presidente argentino.

Es por esta cuestión que todos los gobiernos tratan infructuosamente de combatir este flagelo que ha acompañado la vida de la Nación durante los últimos 70 años. Ha habido a lo largo del tiempo múltiples planes económicos que han incursionado en un sinnúmero de vericuetos para intentar controlar este factor endémico argentino.

En ese sentido, y ante el sostenido aumento en el precio de los alimentos, el presidente Alberto Fernández instó a los productores de los mismos a desdolarizar el precio de las materias primas para el mercado local, y los amenazó con la posibilidad de aumentar las retenciones ante un escenario de fuerte crecimiento de los commodities similares a la primera década del siglo XXI.

Con la discusión en ciernes, desde PDS consultamos al diputado de la Coalición Cívica y productor rural, Luciano Bugallo, que se mostró poco condescendiente con los conceptos vertidos por el Presidente: “Lo que está diciendo es una imbecilidad”, disparó.

“La mitad del precio de los alimentos son impuestos que recauda el Estado, el impacto en el costo de la materia prima llega solamente al 10%, quizás un poco más en la carne que tiene mayor valor agregado, mientras que en la leche es del 25%”, continuó argumentando.

Bugallo consideró incomprensible que se “pretenda culpar a los productores por el aumento de precios cuando somos el primer eslabón en la cadena de producción”.

“El que te fija el precio es el mercado”, aseguró.

Más adelante, explicó que los productores tienen que afrontar el costo de los insumos dolarizados y “además tenemos que costear la suba del combustible, así que la verdad  no entiendo de qué nos acusa Fernández”.

Bugallo estimó que el problema de los aumentos de los costos radica en que “cada vez vale menos nuestro peso, es papel pintado, los precios en dólares de los insumos siguen siendo los mismos de siempre, incluso ha bajado pero lo que se ha desvalorizado es la moneda”.

“Intentan culpar al productor del aumento de la pobreza, es un relato absurdo”, cuestionó.

Bugallo afirmó que el posible aumento de las retenciones a las exportaciones “tiene como único fin recaudar para hacer caja y gastarlo en las elecciones

Precisó que este tipo de medidas “destruyen el incentivo para que el productor pueda aumentar sus cosechas. En caso de subir las retenciones van a lograr que para la próxima cosecha de soja, si un productor tenía decidido sembrar 300 hectáreas, lo va a hacer por mucho menos y el resto del dinero lo ahorrará”.

También alertó que si el productor invierte menos “la primera consecuencia será que se pararán las economías del interior de nuestra provincia”.

“Por eso no entiendo si son estúpidos o mal intencionados”, insistió.

En la misma línea, PDS requirió la opinión de la senadora del PRO y titular de la Comisión de Asuntos Agrarios y Pesca, Felicitas Beccar Varela, quién emitió un severo diagnóstico si se avanza enla suba de las alícuotas de exportación:  “Ya vimos en el pasado que el aumento de las retenciones no sirvieron para bajar el precio de los alimentos, el precio del trigo incide un 10% en el precio del pan, el del maíz un 8% en el kg de asado, el pan, la carne, los pollos y todos los alimentos se van a incrementar pese a que aumenten las retenciones, porque ahí no está la solución”.

Descartó que la solución al incremento de los precios pase por “sacarle más recursos al interior productivo, no es la forma, y tampoco lo es la centralización de la recaudación de impuestos”. 

Bregó por la baja de tributos al consumo directo, como el IVA o a la facturación como Ingresos Brutos, “tendrían un impacto directo y de corto plazo sobre el precio de los alimentos que más consumimos los argentinos”.

Beccar Varela juzgó conveniente generar políticas públicas de largo plazo “que le den confianza y previsibilidad a la gente si queremos tener un peso confiable y controlar la inflación”.

Por su parte, desde el campamento peronista hizo su análisis sobre la problemática el senador Francisco Paco Durañona: “Sobre el precio de los alimentos, desde el Movimiento Arraigo tenemos clara nuestra postura, para resolver la cuestión del acceso a los alimentos, saludables y a precios justos, se requiere una política de largo plazo que modifique de raíz el modelo de concentración que se ha consolidado en la Argentina”.

En esa línea instó a privilegiar la producción local, promoción de agroecología, acceso a la tierra y financiamiento para pequeños y medianos productores y cooperativas, mercados,  concentradores regionales, conectividad y toda la inversión necesaria para el desarrollo de los territorios en las zonas productivas”.

Advirtió sobre la necesidad coyuntural de incorporar a los municipios en el sistema de control del cumplimiento de acuerdos de precios: “Hoy, los intendentes carecen de facultades de control, inspección y sanción ante incumplimientos a los acuerdos de precios, he presentado proyectos de Ley en la Legislatura que abarcan todas estas cuestiones”.

También hizo mención al rol que les cabe a las retenciones a la exportación:  “Es una herramienta absolutamente esencial e imprescindible para la regulación de precios del mercado interno, que representa el 70% de la demanda total, y también es un instrumento esencial para la redistribución de la riqueza”.

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