“Necesitamos el agua imperiosamente”, “Estoy sin suministro hace días”, “Falta presión”, son algunos de los comentarios que dejan los vecinos de Lomas de Zamora cuando firman en la plataforma change.org para exigir la normalización del servicio de agua potable.

Es que desde hace días varios barrios del distrito se encuentran afectados por la poca presión de agua y los cortes de suministro. La falta de agua potable se hace aún más problemática en un contexto de altas temperaturas y en el marco de una pandemia.

 

Temperley Este

La vecina de Temperley Este Mónica Filippini contó en diálogo con Política del Sur que no tiene agua “desde fines de noviembre”. “Empezamos con poca presión en noviembre y ahora en lo que va de enero directamente no hay agua. Abro la canilla y no sale absolutamente nada. Por ahí a las 5 de la mañana dan un poco de agua, que sale de color marrón”, detalló.

Según contó, hizo el reclamo en la empresa AySA, que es la encargada de suministrar el servicio de agua potable, pero no obtuvo una solución. “Vinieron de AySA y me dijeron que el caño de agua era muy chiquito y que entonces tenían que romper la vereda para cambiarlo. Lo cambiaron pero seguimos igual. No cambió en nada la situación”, relató.

La vecina contó que no puede lavar ropa ni cocinar, y que tiene que cargar baldes para usar en el baño.

 

Llavallol Norte

Otra de las lomenses afectadas fue Claudia Barreto, que vive en la localidad de Llavallol Norte. Contó que “desde los primeros días de diciembre” sólo tiene agua entre la 1 y las 6 de la mañana.

“No hay presión entonces no sube el agua al tanque. Tengo que usar una bomba, pero estuve sufriendo cortes de luz entonces algunos días tampoco la pude prender. Está concatenado un problema con el otro”, lamentó. 

 

 

Villa Centenario

El problema se repite también en la localidad de Villa Centenario. Diana Rojas, una habitante de la zona, relató que está “sin una gota de agua desde el 20 de diciembre” y que sólo “sale un hilo de agua a las 3 de la mañana desde la primera canilla de la calle”.

“Con eso llenamos baldes, tachos y palanganas. Nos sirve para bañarnos, lavar la ropa y darle a los animales, pero no sirve para tomar porque encima el agua viene turbia y con muy mal sabor”, cuestionó la vecina.

Y continuó: “No tenemos para lavarnos las manos, bañarnos ni cepillarnos los dientes. Mi mamá tiene 83 años y no tiene ni la posibilidad de refrescarse. Es terrible y es una vergüenza que a las 3 de la mañana se tenga que levantar a ver si hay una gota de agua”.

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La vecina hizo múltiples reclamos a AySA y al Ente Regulador de Aguas y Saneamientos (ERAS), pero sólo logró que la empresa le mande una cuadrilla el 13 de enero “simplemente para verificar que esté sin presión y sin agua”.

“Después no vino nadie más ni me llamó nadie”, aseguró Rojas, y contó que tampoco le enviaron camiones cisterna para llenar los tanques de agua, a pesar de que los solicitó dos veces.