Las fiestas clandestinas son una problemática típica de los tiempos de pandemia que se repiten cada fin de semana en distintos barrios de la región, sin epicentro claro, pero con episodios cada vez recurrentes. Solo algunos de ellos son desbaratados por la Policía, mientras que otros, terminan en escenas de violencia o grotescas filmaciones que se difunden por redes sociales. La mayoría de ellas es convocada por los organizadores a traves de redes sociales o grupos de whatsapp.

En Lomas de Zamora, durante el último fin de semana, un importante operativo policial desplegado en Temperley terminó con los festejos de más de 1000 asistentes que pagaron 700 pesos para ser parte de una fiesta ilegal en el club El Puente, clausurado por la Municipalidad por violar todos los protocolos actuales contra el Covid 19. Sin embargo, no fue la única en Lomas.

 

 

 

 

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En la localidad de Parque Barón, una fiesta terminó en batalla campal durante la madrugada del domingo en frente de una vivienda ubicada sobre la calle Terrada al 100 del barrio Villa Independencia, donde, según testigos, “un grupo de aproximadamente 70 jóvenes, en su mayoría menores de edad”, habrían protagonizado una disputa con corridas y piedrazos, que provocaron como resultado, varios autos estacionados con los vidrios rotos.

A principios del mes de noviembre, dos jóvenes tuvieron que ser llevados al Hospital Oscar Alende debido a heridas cortantes que habrían recibido durante una pelea a la salida de una actividad clandestina similar llevada a cabo en una casa de la localidad de Ingeniero Budge, ubicada a pocos metros de las calles Espronceda y Baradero.

No obstante, el problema afecta a toda la región y los demás partidos no son ajenos a él. Tal es el caso de Almirante Brown, donde el 15 de noviembre, en un operativo en conjunto entre personal de la Comisaría 4º junto a inspectores municipales, clausuraron un local de eventos de Longchamps donde demoraron a casi 100 participantes.

En Lanús, tanto en Villa Caraza como Monte Chingolo se registraron denuncias similares con decenas de jóvenes trasladados a las seccionales locales durante el mes de septiembre acusados de violar todos los protocolos de sanidad, una de las cuales era organizada por un empleado del Ministerio de Educación.