

La central de Pablo Micheli irá a elecciones mañana en todo el país, y buscará formalizar la conducción del estatal por cuatro años más. “En tanto y en cuanto se entromete la política partidaria en la vida interna, se deja atrás el concepto y principio de autonomía”, dijo José Rigane. El sector que responde a Hugo Yasky rechazó la convocatoria, y tuvo el aval del Ministerio de Trabajo nacional.
Por Diego Lanese
Nacida al calor de la lucha contra el neoliberalismo, la CTA tiene un largo recorrido desde que en 1991 comenzó a formalizar su trabajo, en un encuentro fundacional en la localidad de Burzaco. Desde allí, construyó una alternativa gremial, que hace cuatro años enfrentó su primera elección general. El desafío no terminó bien: ambos espacios en disputa se adjudicaron el triunfo, fracturando la central obrera. Hoy, el espacio conocido como “rebelde” se preparara para volver a votar, buscando salir de esta “fractura institucional”. Pese a los fallos contrarios emitidos por el ministerio de Trabajo, el espacio buscará reelegir a Pablo Micheli, que competirá con otras dos listas vinculadas a partidos de izquierda.
Con un padrón de un millón 100 mil afiliados, la CTA de Micheli votará mañana en todo el país para elegir secretario general y dirigentes que conducirán las seccionales provinciales y municipales. “Estamos recorriendo el país, las distintas provincias, tratando de dejar claro la propuesta de la central, y sobre todas las cosas buscando la integración y participación de todos los compañeros”, informó el secretario Adjunto de la CTA, José Rigane.
En diálogo con el programa radial Operativo Retorno (lunes a viernes de 16 horas a 18 horas por AM 1050), Rigane remarcó: “El proceso electoral tiene importancia en varios aspectos, primero por el acto de votar en sí mismo, pero en segundo lugar porque nosotros venimos de una crisis, de una fractura política y orgánica que fuimos superando en el trascurso de los cuatro años y ahora debemos dejar atrás para seguir representando a los trabajadores y los sectores sociales en la pelea por mejores condiciones de salario y de vida”.
Para el dirigente, estas elecciones son parte de los caminos diferentes que tomaron ambas centrales. “Estamos así desde el 2010, separados, lamentablemente. En tanto y en cuanto se entromete la política partidaria en la vida interna, se deja atrás el concepto y principio de autonomía, que nosotros bregamos dese que nacimos en 1991, tenemos este tipo de dificultades”, dijo.
“Yasky tomó la decisión de seguir detrás del proyecto político del gobierno actual y eso hace que el conjunto del movimiento obrero que representas estén supeditado a las políticas gubernamentales, y no en función de las necesidades que tienen los trabajadores. El tema de la autonomía para nosotros es un principio estratégico para el desarrollo de las organizaciones de los trabajadores”, subrayó Rigane.
A pocos días de realizarse los comicios, el Ministerio de Trabajo nacional explicó que “el sector que convoca a las elecciones carece de legitimidad para hacer ese llamado, ya que la elecciones por las que dicen haber sido electos en diciembre de 2010 fueron declaradas nulas por la Justicia”.
En ese sentido, Trabajo explicó que las elecciones complementarias que se realizaron el día 9 de diciembre de 2010 "fueron nulificadas por la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo". Por lo tanto, "no teniendo validez las elecciones por las cuales se lo inviste al señor Michelli como secretario general es de imposible cumplimiento y se encuentra viciada una resolución -la del 18 de octubre de 2011- que ratificaría una elección nula".
Por su parte, la conducción que responde a Yasky, con inscripción gremial 325/97, sostuvo que "está firme la sentencia judicial de la Sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, que resolvió de forma conjunta las causas CTA c/ Junta Electoral Nacional de la CTA s/Amparo y Micheli, Pablo y otros c/Ministerio de Trabajo de la Nación s/Amparo (expedientes 51.586/10 y 54.788/10)"."Ello fue así a partir del desistimiento del recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia, presentado por Micheli y los ex integrantes de mayoría de la Junta Electoral Nacional", señaló.
Pero la CTA “rebelde” decidió ratificar la realización de las elecciones. Para la CTA, el Ministerio de Trabajo carece de facultades para entender en los procesos electorales de los sindicatos en general, mucho más en el caso de la Central teniendo en cuenta la existencia de una clara connivencia política entre el Gobierno y el impugnante. Esta nueva maniobra del ministro Carlos Tomada demuestra una vez más, y por si hiciera falta, su simbiosis con el grupo de Hugo Yasky, firmante de la pretendida impugnación a los comicios legítimamente convocados por la Central.