Por: Diego Lanese

Su última gran intervención pública fue en el debate por la ley de aborto legal, donde reivindicó el derecho al goce. Fue, a sus 80 y pico, tal vez el más joven en aquel senado cargado de prejuicios y conceptos anacrónicos. Pero muchos antes, Fernando “pino” Solanas había dado muestras de entender el pulso popular del país. Hacía tiempo que abrazaba la causa ambientalista, y apoyaba las iniciativas para cuidar el medio ambiente. Estaba preocupado por la agenda de los jóvenes, que incluso el peronismo tenía un poco olvidada. Como en los 90, cuando se volvió ícono de la lucha contra el neoliberalismo, en estos años hizo oír su voz, a veces contradictoria, a veces inoportuna, pero siempre rebelde. Así era “pino” Solanas, un rebelde que marcó a fuego el cine documental argentino –tal vez lo haya inventado, junto a otros maestros del género –y que le puso el cuerpo a sus ideas, con una trayectoria política con varios giros, pero que nunca dejó de ser honesta.

 

La historia dirá que Fernando “pino” Solanas murió en París, Francia, el 7 de noviembre de 2020, luego de estar varios días internado por un cuadro de Covid-19. Cineasta, ex diputado nacional, ex senador y principal referente de la agrupación Proyecto Sur que integra el Frente de Todos, Solanas tenía 84 años y una trayectoria que ninguna necrológica podría abarcar. Las más escuetas agregarán que nacido el 16 de febrero de 1936 en Buenos Aires, en el seno de una familia que el mismo calificaría de “anti peronista”, pero que sus lecturas de joven (Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche y Juan José Hernández Arregui) lo acercaron al movimiento del que nunca se iría.

 

El cineasta

 

La extensa carrera de “pino” Solanas como realizador cinematográfico se inició con su obra maestra: “La hora de los hornos”. Antes había estrenado su primer cortometraje de ficción “Seguir Andando”, pero en 1968 irrumpe con esta trilogía donde aborda algunos de los temas que lo apasionaron a lo largo de su carrera: el neocolonialismo y la violencia en el país y en América Latina. Junto al grupo Cine Liberación comienza a retratar aquel país marcado por la injusticia, la opresión, pero también la rebeldía, la militancia y la lucha. Convocado por Juan Domingo Perón, viaja a Madrid para realizar dos películas del movimiento: “La Revolución Justicialista” y “Actualización Doctrinaria para la toma del poder”.

 

En 1975 parte al exilio, luego de estrenar “Los Hijos de Fierro”. En Francia, se vuelve un faro de la lucha contra la dictadura argentina, y mantiene su actividad documental. Vuelve al país con el triunfo de Raúl Alfonsín en 1983, donde comienza una etapa de dirección de ficción, vinculada al tango, como una metáfora de un país que empieza a darle la espalda a su propia historia. “Tango”, “El exilio de Gardel” y “Sur” son representantes fieles de ese sentimiento. Los 90 serán una etapa de mucha actividad política y un cine más vanguardistas, y luego de la crisis del 2001 volverá a ser el documentalista genial de sus comienzos. Su mirada en “Memoria del Saqueo” y “La Dignidad de los Nadies” muestran las huellas del menemismo, sociales y económicas, y marcan una fuerte crítica a los responsables y cómplices de aquel modelo. Pero también muestran la esperanza en la organización popular, en las bases, y su trabajo silencioso para recuperar los bazos comunicantes de una sociedad que como el propio director, es contradictoria y siempre está en movimiento. Como un adelanto a estos últimos años, en “Argentina Latente” aborda el potencial científico de la Argentina, varios años antes que los recortes macristas y la pandemia hicieran de la ciencia una necesidad indispensable.

 

El político

 

Por parte de su familia materna, Solanas tenía descendencia directa con Manuel Belgrano y Juan José Castelli, pero nunca estuve cerca de ser un “patricio”. Su vinculación con el peronismo fue una marca ineludible en su trayectoria política, incluso cuando estuvo en fuerzas que lo negaran. Su rebeldía lo llevó a formar espacios que expresaran esas ideas que siempre defendió. El mismo explica su llegada al peronismo, en una entrevista de 1998. “Durante mi juventud yo vi el bombardeo a la Plaza de Mayo, la represión después del golpe del ‘55, los fusilamientos, los allanamientos, las movilizaciones con camiones militares en los que cargaban a cualquiera que hiciera huelga, los cortes de pelo y el todo prohibido. Que todo eso se diera contra la clase obrera que resistía a la dictadura, sumado a ciertas simpatías que no se pueden explicar, me hizo peronista”, recalcó.

 

Será recién en la vuelta de la Democracia cuando Solanas se vuelve activamente un político. Primero, para buscar cambiar la Ley de Radiodifusión que regía durante la dictadura militar y luchando contra las privatizaciones. En 1992, de la mano del dirigente Luis Brunati gestan el Frente del Sur, presentándose ese mismo año como candidato a senador nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Luego, en 1993, se funda el Frente Grande, con la inclusión del sector que lideraba Carlos “chacho” Alvarez, y “pino” Solanas es electo diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Luego de romper con este espacio, y dejar un tiempo la actividad, en 2007 encara la candidatura a Presidente de la Nación por Proyecto Sur, proponiendo la nacionalización de los recursos estratégicos. Es electo diputado nacional por el período 2009-2013 y senador nacional entre 2013 y 2019, en este último junto a Elisa Carrió, con quien tiene un brusco alejamiento por la formación del frente Cambiemos. A mediados del año pasado, resuelve respaldar la fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner y es electo diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires para el período 2019-2023.

¡Bravo, chicas!
Honor y dignidad a todas las mujeres argentinas que lograron instalar este debate fundamental.
Nadie podrá frenar la oleada verde,#QueSeaLey pic.twitter.com/HcG3vbcx7T

— Pino Solanas (@fernandosolanas) December 28, 2018

 

El legado, político y artístico, se está constantemente reescribiendo, y Solanas siempre lo supo. “Puede ser que mis películas no sigan una estructura lineal. Puede que sean demasiado corales y que pasen demasiadas cosas en ellas. Pero así somos: lo que en cualquier otro país es una disgresión, un psicólogo argentino lo explica diciendo que todo lo que uno trae es importantísimo”, dijo en otra entrevista. Lo importante en “pino” siempre estuvo vinculado al compromiso, al supo propio. “Una semana antes de que empezara el rodaje de ‘Sur’ tuve un infarto. Y cuando terminé ‘El viaje ‘sufrí el atentado en el que me balearon. Pero voy a seguir filmando, hasta que aguante”. Aguantó hasta este sábado, dejando para nosotros un mensaje de compromiso y rebeldía, que deberemos continuar.