Por: Diego Lanese

En la campaña electoral del 2019, la CTA Autónoma llamó a “derrotar a Mauricio Macri”, y si bien no fue parte formalmente del Frente de Todos su dirigencia apoyó a quienes hoy son gobierno. Incluso uno de sus fundadores, el dirigente Víctor de Gennaro, fue candidato a intendente en la PASO dentro del frente, lo que marca el compromiso con el triunfo de Alberto Fernández. Pero en estos meses, la relación del espacio sindical con la Casa Rosada se fue deteriorando. Primero fue la paritaria a la baja acordada con UPCN en el Estado nacional, que generó malestar en ATE, columna vertebral de esta fracción de la CTA. Además, acusaron al Ministerio de Trabajo de “discriminación” por el armado del Consejo del Salario. Esta semana hubo una movilización a la cartera laboral para pedir que se destraben trámites de autorización para nuevos gremios.

El enojo en la CTA Autónoma apuntan a la figura de Claudio Moroni, que luego de una política de apertura con todos los sectores sindicales, ahora mantiene la distancia con sectores como la central obrera que lidera Ricardo Peidro. La gota que rebalsó la paciencia de la dirigencia fue el manejo del Consejo del Salario. Como contó esta semana Política del Sur, cuando se acordó la suba del 28 por ciento del mínimo, vital y móvil se armó una comisión, donde la CTA tuvo sólo un lugar de suplencia. “Nos dieron un lugar de suplentes, detrás de la CTA de los Trabajadores, cuando ambas centrales tenemos la misma situación judicial. Nos discriminaron”, se quejó un dirigente de la central.

La CTA fue el único voto en contra del acuerdo para subir en tres tramos el salario mínimo a marzo del 2021. Si bien en la previa la CGT había pedido un salario mínimo igual a la canasta básica (unos 42 mil pesos), para lo cual se necesitaba un aumento del 300 por ciento. Pero junto con los empresarios y el propio Ministerio de Trabajo, se aprobó un incremento mucho menor, que para la CTA actúa como “ancla salarial”. “Estamos en un escenario de paritarias a la baja, en medio de una pandemia donde somos los trabajadores los que estamos sosteniendo las tareas”, se quejaron desde la central.

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Además, el malestar con Moroni apunta a la falta de autorización a muchos gremios con inscripción simple, y que están desde hace años esperando respuesta del Ministerio de Trabajo. En enero de este año, el funcionario firmó la autorización de nueve organizaciones nuevas, pero luego se mantuvo la tendencia de “cajonear” los expedientes. En el país, hay más de 3.300 gremios, cerca de la mitad con personería gremial –los únicos autorizados a firmar convenios colectivos y paritarias –y otros tantos de inscripción simple. Durante los dos gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner se aprobaron en promedio unos 60 sindicatos nuevos por año, mientras que durante el macrismo eso cayó: en los dos primeros años se formalizaron apenas ocho organizaciones.

Ante esto, la CTA Autónoma se movilizó esta semana a la cartera laboral, para pedir que se eliminen las trabas contra las nuevas organizaciones. “Le exigimos a las autoridades el respeto a la libertad y la democracia sindical, el cese de las trabas a las inscripciones gremiales y personerías gremiales de las organizaciones del sector privado que integramos la CTA Autónoma”, sostuvo José Peralta, secretario Adjunto de la CTA Autónoma de Capital Federal. En diálogo con Política del Sur, el dirigente confirmó que fueron recibidos por un funcionario de la cartera, que se comprometió a una entrevista con la directora nacional de Asociaciones Sindicales para analizar el tema. “Aunque parezca mentira, hay expedientes en este Ministerio de Trabajo que tienen 11 años, deberían cumplir con la Constitución, que dice que a partir que uno hace una asamblea constitutiva es un sindicato”, sostuvo durante la manifestación Natalia Robledo, de la Nueva Organización Gastronómicos, otra de las entidades presentes en el lugar. “Los convenios de la OIT dice que el Estado no tiene que tener injerencia en la vida de los gremios ni en los estatutos, y dar libertad de acción”, agregó la dirigente.