Susana Paredes da clases de matemáticas a alumnos de segundo y tercer año del Colegio Enrique de Ossó de la ciudad de El Jagüel, en Esteban Echeverría. Desde que comenzó la cuarentena en la región improvisó un pizarrón en su casa para poder dar sus clases en zoom, classroom y whatsapp, algo totalmente nuevo para ella y para otros docentes. “Se hace un gran esfuerzo desde los dos lados”, destacó. 

Uno de los primeros cambios que destaca fue la planificación que se ha vuelto "más exhaustiva", donde una comisión interdiciplinar brega para que se cumpla la planificación pautada para las cursadas, llevando más tiempo que antes. 

Utilizando todos los elementos virtuales que tiene a su disposición, Susana intenta que sus alumnos no pierdan la continuidad escolar y advierte tiene suerte  porque “no todos los docentes tienen los medios” para enseñar. “Un mal profesor no es el que no da clases por zoom, porque tal vez no tienen los medios o la posibilidad económica de hacerlo”, explicó. 

Por otro lado, evaluó que un 50 por ciento de los alumnos, aproximadamente, participa de forma continua de las clases virtuales, aunque muchos de ellos "se mantienen en el anonimato” al no encender cámaras ni micrófonos. Susana considera que gran parte de las ausencias se deben a problemas de conectividad o, directamente, a la falta de dispositivos para conectarse. “Dejo videos explicativos en classroom para los que no participaron, o les explico por whatsapp si no entendieron algo”, contó. De esa forma espera que todos puedan acceder a las clases. 

Si bien el Consejo Federal de Educación estableció en agosto que este año ningún alumno repetirá Susana explica que sí hay protocolos de evaluación basados en la presencia vía zoom, la participación en las clases y en actividades para realizar, aunque afirma que prefiere trabajar en clase para despejar dudas y ver que los chicos trabajen. 

“Tenés que remarla muchísimo”, reconoce, y siente la “falta de contacto profesor alumno.” “Antes podías charlar para saber si están bien, si están tristes. Ahora no sabés cómo están en la casa.” expresó, aunque remarcó como una experiencia positiva el aprendizaje en uso de redes, tanto para docentes como para alumnos. 

“Nada se compara con ir todos los días a la escuela”, asegura Susana que a pesar de eso considera que “no es conveniente el retorno a clases” en este momento. “Es un peligro para todos, para los alumnos y para nosotras”, manifestó.  

Más allá de las dificultades de conectividad, de la falta de contacto y de algunas ausencias Susana espera "dejar una huella en los chicos". “Me enfoco en que me recuerden como `la profe que tuvimos en pandemia, la que nos “molestaba” para que aprendiéramos definiciones de matemáticas´, me enfoco en eso”, concluyó.