

La madre de Nacho todavía no lo puede creer. “Estoy indignada. No lo puedo creer. Con todas las evidencias que tuvimos, es una vergüenza que la Justicia haga esto. Le da la libertad a una persona que es un asesino. Sabía que lo podía matar”, dijo Marina Candía al cuestionar la decisión judicial que dejo libre al ex efectivo del GAD que dejó ciego de un ojo a Ignacio Seijas, tras haberle dado un disparo en la cara, en el marco de un erróneo allanamiento en Villa Centenario.
El caso no solo pasó a ser caratulado de tentativa de homicidio a lesiones graves sino que al policía Daniel David Antonio le dio el beneficio de la excarcelación.
Ignacio aún continúa sufriendo por aquel ataque. “Mi hijo tiene que ser intervenido otra vez porque tiene perdigones en la cara. Quedo ciego de un ojo y también va a tener un revisión de su otro ojo”, señaló.
El impacto fue tal que afecto a toda la familia. “Estamos con stress postraumático. Se me queda el brazo adormecido y estoy muy descompuesta. Mi nena de dos años se despierta a la madrugada llamando a Nacho y la peor parte la tiene mi hijo cuyo trauma lo va a tener toda la vida”, sostuvo Candía.
Respecto de los argumentos esgrimidos por la jueza Marisa Salvo, Nelsón Cabrera – padrastro de Nacho – informó que van a apelar a la medida. “Vamos a exigir que la defensa exponga algo de mayor índole porque lo que están utilizando para liberarlo ya lo utilizaron para la prisión preventiva sosteniendo que Nacho lo quería atacar con un cuchillo”, señaló.
“Le podía volar toda la cara y él lo sabía”, remarcó Cabrera al señalar que van a profundizar los reclamos contra el poder Judicial. “Estamos convencidos que nos tenemos que hacer oír de cualquier manera. Estamos haciendo arreglos con gente que también fueron víctimas de gatillo fácil”, señaló.