domingo 27 de julio de 2025 - Edición Nº2426

Provincia | 19 ago 2020

Disidencias en el partido de Alem

Un volcán a punto de estallar amenaza la paz radical: piden la expulsión de 400 afiliados

Una polémica medida que apuntaría a la exclusión de alrededor de 400 afiliados que han participado en listas ajenas a Juntos por el Cambio embarga por estas horas las huestes del partido centenario.


Por: Federico Cedarri

El radicalismo avizora una importante tempestad que pone sobre el tapete diferencias internas que venían guardándose en forma prudente debajo de la alfombra, y en paralelo a la derrota electoral de Juntos por el Cambio se comenzó a destapar esa especie de olla a vapor que contenía tensiones indisimulables.

En rigor, la fría letra de la Carta Orgánica partidaria indicaría a priori la concreta expulsión de cerca de 400 afiliados que hayan participado extramuros de las listas orgánicas de Juntos por el Cambio. Incluso, algunos aventuran por lo bajo que esa lista podría extenderse hasta casi 800 radicales disidentes.

Reminiscencias de este presente encuentran su génesis en la Convención provincial que el partido celebró en la localidad de Brandsen allá por mayo de 2019, cuando debía ratificarse la alianza con el macrismo-vidalismo en la provincia, para luego llevar esa moción ante el Comité Nacional de la UCR, que se celebraba una semana después en Parque Norte.

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Vaya paradoja, ese mismo sábado comenzó a sentenciarse la suerte adversa para el espacio opositor, ya que ese mismo día fue desplegada una jugada ajedrecística de Cristina Kirchner proponiendo a Alberto Fernández como el candidato de un espacio que amalgamó las distintas vertientes del peronismo.

En síntesis: el gesto que esperaba el resto del justicialismo para unificarse en una sola propuesta.

Pero retrayéndonos al congreso provincial de 2019, allí Daniel Salvador empalideció al observar estupefacto, mientras defendía la alianza con el vidalismo, una catarata de reproches acompañados por una importante rechifla, provenientes de consejeros disidentes que exigían una formula autónoma radical, reivindicatoria de la pertenencia a sus principios, en desmedro de lo que ellos consideraban un vaciamiento de identidad y en respuesta al ninguneo sufrido durante cuatro años por la entonces superpoderosa María Eugenia Vidal.

Las esquirlas de aquel momento volvieron al ruedo en un plenario del Comité Provincia llevado a cabo en modalidad remota por zoom y moderado por el todavía titular partidario, Daniel Salvador.

Del convite participaron 23 de los 26 plenaristas autorizados por los estatutos que establece el partido centenario.

Luego de los prolegómenos burocráticos que comprendieron una rendición de cuentas de las autoridades partidarias y la puesta en conocimiento de los informes correspondientes a la gestión de la actual conducción, se pasó quizás al momento más caliente de la jornada y que constituye el amago de apaciguar la rebelión en la granja.

En rigor, se puso en consideración una moción de preferencia emanada de un miembro del oficialismo, el integrante del Consejo de Educación bonaerense, Diego Martínez, de fuertes vínculos con el salvadorismo, proponiendo facultar a la mesa ejecutiva del espacio a la confección de un listado de aquellos afiliados que hayan participado de listas ajenas a Juntos por el Cambio, para que en forma posterior la Justicia Electoral provincial, encargada de revisar los padrones de cada espacio político, proceda a dar de baja automáticamente su afiliación por incumplimiento del artículo 10 de la Carta Orgánica provincial del partido que fundó Leandro Alem.

Esta moción que se parece mucho a una puesta en caja de los desacatados que rompieron con el mandato de la Convención y que apunta a allanar el camino para un desfile del oficialismo en la interna del 11 de octubre, aquellos que según braman los disidentes se doblaron ante el vidalismo pero no se rompieron, según el lema de la marchita.

En concreto, esta moción fue rubricada por 14 votos a 9 y ya está en marcha la confección de las listas del purgatorio partidario.

Más adelante, el plenario puso a consideración una segunda moción planteada por Pablo Domenichini, del sector Evolución, cercano al senador porteño Martín Lousteau, pero con raigambre en el possismo provincial, que proponía patear para más adelante la fecha de la interna de octubre con motivo de la fuerte irrupción de la pandemia. En realidad, una forma de ganar tiempo en la búsqueda tenaz de voluntades que apunten a romper los votos atados de la estructura partidaria, hoy hegemonizada por el salvadorismo.

Le replicó el diputado tandilense Carlos Fernández, arguyendo que tal cuestión se analizará más adelante y basándose en cuestiones técnicas que impiden cambiar fechas ya pautadas.

Esta moción fue posteriormente rechazada por 14 votos contra 9, análoga votación pero en sentido contrario a la primera proposición.

Así las cosas, quedó estipulado que el 11 de setiembre es la fecha límite para la presentación de listas que confrontarán para suceder a la actual, que comanda Daniel Salvador.

Hasta el momento dos listas se aprontan para encarar la carrera electoral, aunque en voz baja desde el oficialismo abrigan expectativas de unificar disidencias en una lista única, hoy un trámite bastante improbable, pero parafraseando a un expresidente preferente de la pizza y el champagne: la política es el arte de lo imposible.

El marplatense Maximiliano Abad junto a la alcalde de General Arenales, Érica Revilla, concitan el favor oficial de la mayoría de los intendentes radicales, legisladores nacionales y provinciales; mientras que enfrente se para Gustavo Posse con el lastre de críticas y cuestionamientos a la estrategia radical esbozada en los últimos cuatro años como copiloto del macrismo-vidalismo.

Ante este escenario complejo, nada ajeno a la tradición radical, la posible expulsión de 400 afiliados viene a atizar las brasas que amenazan con complicar la suerte de un espacio que ambicionaba no hace mucho tiempo atrás la alternativa de un candidato propio a gobernador para el 2023, desprendido de la estructura del PRO y de la suerte de la exgobernadora Vidal.

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