Por: Ricardo Carossino

La tensión que subyacía entre intendentes y el gobernador provincial se desató imprevistamente luego de que el ministro de Seguridad, Sergio Berni, le contestara a su par nacional, Sabina Frederic.

A raíz del cruce entre carteras se Seguridad, el intendente de mayor confianza del presidente Alberto Fernández (Juanchi Zabaleta), cruzó a Berni al sugerirle que no haga declaraciones políticas en los medios y que se enfoque en la cuarentena.

Lo cierto es que la contestación de Zabaleta a Berni termina siendo en las redes sociales para que todos sepan que Alberto Fernández le mandó un mensaje al ministro provincial por el cruce con Frederic.

“La gente espera de los que gobernamos que nos ocupemos de sus problemas. Yo me ocupo de cuidar a mis vecinos y con humildad les sugiero a todos los compañeros que hagan lo mismo”, chicaneó Zabaleta ante el ataque de Berni.

Esta tensión, por supuesto, está dada por la cuarentena y las diferentes maneras de abordarla. Parecería que a Presidencia de la Nación se le fue de las manos la integración entre CABA, Provincia y municipios. Algo anda mal, y si bien Alberto Fernández sigue cosechando un alto apoyo popular en el marco de la pandemia, según registran las consultoras, por otro lado, hay ciertas desobediencias de dirigentes propios y ajenos.

En el caso de la Primera Sección, la tensión existe y los reclamos más sensibles empiezan a hacerse oír de manera pública y hasta oficial. Los intendentes Alberto Descalzo (Ituzaingó), Juan Zabaleta (Hurlingham), Gustavo Menéndez (Merlo), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Fernando Moreira (San Martín) y Santiago Maggiotti (Navarro), reclamaron al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que unifique protocolos con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, en relación al Covid-19.

Estos jefes comunales se mostraron “preocupados” por el aumento de casos de Covid-19 y resaltaron la necesidad de restringir la circulación de gente en toda el Área Metropolitana (los 25 municipios del Conurbano, Ciudad de Buenos Aires y La Plata), para desacelerar la línea de contagios.

De mayo a junio, la cantidad se cuadriplicó, y cada jefe comunal está preocupado de que colapse el sistema sanitario municipal. También, pidieron cuidado y controles en la salud privada. Y el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, dio un dato revelador cuando dijo que el 25 por ciento de las personas infectadas en el distrito que gobiernan pertenecen a ese sector.

Política del Sur habló con una fuente calificada del Concejo Deliberante del Morón, quien indicó que la situación es crítica en ese municipio, por ejemplo, ya que hay una ocupación de camas de más del 80 por ciento. De acuerdo a lo indicado por esta fuente, “sólo queda un hotel” (de tres) para contener la demanda de casos.

En el caso de Lucas Ghi, no está habiendo una crítica directa por la identificación política de Martín Sabbatella con Axel Kicillof, pero por lo bajo se sabe que los reclamos son los mismos que plantean sus intendentes vecinos.

Este viernes, en diálogo radial, Berni advirtió que “hace rato la cuarentena no existe”, y aseguró que el AMBA (que comprende a la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense) necesita “una revisión profunda” de la cuarentena, porque los días de aislamiento estricto “dieron muy buen resultado”.

Claramente, las contradicciones están a la orden día, ya que hace un mes exactamente, estos mismos intendentes pedían otra cosa. Desde Hurlingham, San Martín, Ituzaingó, Tres de Febrero y San Miguel se habían acordado las bases de un convenio colectivo que se envió a Kicillof para la reapertura gradual de los comercios barriales y otras actividades bajo un estricto protocolo de salud e higiene.

La propuesta había sido de los intendentes Fernando Moreira, Juan Zabaleta, Alberto Descalzo, Diego Valenzuela y Jaime Méndez, y contempla la reapertura gradual de los comercios barriales, habilitación de mudanzas con días y horarios específicos, flexibilización de profesiones colegiadas y autorización de obras privadas.

Una fuente de la Municipalidad de Hurlingham confió a este medio, respecto de la cuarentena, que habría habido una concesión del gobierno provincial para relajar, sobre todo, los niveles de control policial, algo sobre lo que Berni no se ha referido en las últimas entrevistas. La idea habría sido, según agregó esta fuente, que se apuntara a la teoría del contagio del rebaño. Quizás, a la luz de las cifras desde el 23 de mayo a hoy, pareciera ser que la realidad termina de legitimar el dato de esta fuente de Hurlingham.

Si bien desde Nación insisten en que se volvería a una fase 1 de cuarentena si los casos aumentan, a esta altura, esa advertencia suena más a amenaza o a medida de disuasión que a una realidad efectiva ante la necesidad de que las recaudaciones municipales no se caigan y pueda funcionar la economía local.