

Tras difundir un mensaje por redes sociales, el hijo del remisero que trasladó al carninero de la sucursal de Coto en Banfield con síntomas de padecer COVID-19 y que denunció que su padre fue expuesto de manera imprudente y sin su consentimiento el virus, dialogó con Política del Sur donde brindó detales del caso.
“El lunes pasado llamaron pidiendo un viaje a la remisería España, que está a la vuelta del COTO. Pidieron el auto para trasladar a un empleado porque se tenía que hacer un estudio, pero en ningún momento dijeron que era por el coronavirus”, remarcó Gonzalo.
Según contó, el empleado “no presentaba ningún síntoma para darse cuenta”.
La preocupación del caso es tal que pese que Daniel Fernández “tiene todas las medidas de seguridad en el auto, y así la familia entera se tuvo que aislar”. “Estamos todos por precaución aislados”, agregó Gonzalo al advertir que su padre es persona de riesgo.
Por cómo se enteraron también es polémica. Resulta que, según el relato del Gonzalo, “la agencia automáticamente le dijo a Daniel que se tenía que aislar”. “Por medio, de la misma nos enteramos que COTO tenía un montón de infectados ellos y que no se iban a hacer responsables de un personal que no era de ellos”, señaló al apuntar contra la cadena de supermercados que aún no se hizo cargo del tema.
El caso es más problemático aun por que el chofer se enteró 48 horas después del caso. “Después de este muchacho, llevó a dos personas más, y luego al terminar su horario vino a buscar a mi hermana y mi sobrino, y los llevó a la casa de mi mamá. Esto pasa el lunes y nosotros nos enteramos el miércoles. O sea, mi viejo hizo una cantidad enorme de viajes”, remarcó Gonzalo al repudiar “la negligencia muy grande”.
Para colmo, “la agencia sigue trabajando de la misma manera que sigue laburando COTO”.
Gonzalo también manifestó sus inquieutdes por cómo el Ejecutivo municipal se ha referido al tema. “No tuve muchas respuestas por parte del Municipio. Me dijeron que no podían hacer nada y que las remiserías no tenían por qué estar abiertas. Me pareció extraño porque mi viejo trabaja por un permiso del gobierno”, indicó.
A todo esto, “el COTO sigue abierto como si nada”. “Parece un chiste, van, tiran un poco de lavandina y listo”, señaló.
Según relató, pudo hablar con el carnicero pero el mismo se negó a dar su testimonio. “La idea es ayudar a los demás porque esto puede ser un foco de contagio. El carnicero tiene miedo, no quiere salir a hablar y contar la verdad. Lamentablemente, está siendo cómplice pero cada uno sabe lo que hacer por los valores de vida que tenemos”, señaló Gonzalo.
Otro de los puntos es que la línea 134 que es para denunciar “no funciona como corresponde”. “Vos llamas y nada. Tengo capturas de pantallas de hasta 25 minutos esperando”, señaló.
“Si ahora me agarra fiebre y me tomó un remis, se me sanciona. Ahora bien, por qué a COTO no se lo sanciona, por qué no se nos juzga con los mismos derechos”, graficó Fernández al pedir que la empresa se haga responsable del caso y las autoridades gubernamentales les den respuestas.