Por: Diego Lanese

El acuerdo alcanzado por la CGT y los industriales de la UIA para rebajar los salarios un 25 por ciento a los trabajadores que no pueden cumplir sus tareas por la pandemia fue un duro golpe para el bolsillo de miles de asalariados, que no sólo vienen de cuatro años de pérdida salarial (durante el macrismo la mayoría de los convenios perdió la carrera contra la inflación), sino que además este año la pandemia puso a las paritarias “en el frezeer”. Entre marzo y mayo, en plena cuarentena, se vencieron convenios colectivos que regulan los ingresos de unos dos millones de trabajadores registrados, y salvo alguna excepción, en ningún caso se comenzó a negociar la suba de este año. La dirigencia sindical mostró su preocupación y se manifestó poco optimista de que en plena crisis se logren avances significativos. Sólo los aceiteros y los empleados de la carne firmaron una suba salarial en este tiempo.

 

Durante la pandemia, se vencieron varias paritarias emblemáticas, que suelen marcar el pulso de la negociación de cada año. En marzo debían comenzar a discutir los empleados de comercio, metalúrgicos, los mecánicos de SMATA, los choferes de la UTA, obreros de la construcción, estaciones de servicio, entre otros. En tanto, en abril fue el turno de los petroleros, trabajadores de la sanidad, alimentación y los empleados de prensa. En mayo, la discusión salarial debería empezar en el Estado nacional, la principal del sector público. En ninguno de los casos se habilitó la negociación, por lo que los trabajadores no recibirán en el corto plazo ninguna recuperación salarial.

 

El mayor convenio del país en cuanto a cantidad de afiliados (unos 1.200.000) es el de comercio, y suele ser un termómetro respecto de la banda de suba salarial que se maneja en el país. Y si bien no suele estar entre los de mejores aumentos, marca el clima general. “Hoy estamos negociando que no haya bajas, o peor, que se cumplan los protocolos sanitarios. De las paritarias, ni noticias”, dijo un dirigente del sindicato que lidera el histórico Armando Cavalieri, ante la consulta de Política del Sur.

 

“No tenemos ninguna perspectiva de comenzar con las paritarias de este año, nuestra actividad está muy golpeada y estamos muy pendientes de evitar que haya rebajas generalizadas de los salarios y despidos”, agregó el mismo dirigente mercantil, sobre la discusión que debía comenzar en abril pasado.

 

Otra paritaria emblemática es la de los estatales nacionales, que vienen reclamando por la pérdida salarial, en especial en 2018 y 2019. “Antes de pensar en las paritarias de este año, tenemos que cerrar las paritarias del 2019, ya que en febrero deberíamos haber discutido el impacto de la inflación”, sostuvo Marcelo Belelli, coordinador de ATE en la ANAC, la administración de aviación civil.

 

“El tema está bastante complicado, en ANAC trabajamos mucho para que no nos toquen los sueldos ni los adicionales, pero para la discusión de este año no hay perspectiva”, agregó el dirigente a este medio.

 

Cuando se inicie la negociación, ATE exigirá la “inmediata reapertura” de la paritaria ante esa realidad para reclamar un 43 por ciento de aumento a fin de recuperar el salario perdido, y otra parte por la inflación proyectada para este año, con cláusula de revisión obligatoria, además del pago de otro bono compensador de un mínimo de 10.000 pesos para todos los estatales, sin tener en cuenta su modo de contratación.

 

Al inicio de la pandemia, el gremio aceitero logró un acuerdo salarial con una suba del 25 por ciento para el inicio de la paritaria de este año, algo similar logró el gremio médico CICOP, que en la provincia de Buenos Aires firmó un acuerdo parcial. Esas excepciones se pueden entender en que ambas son actividades esenciales, que nunca pararon.

 

El último sector que rompió el silencio paritario es el gremio de la carne. Según informaron desde la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Carne de la República Argentina (Fesitcara), la semana pasada se logró recomponer los salarios de la actividad con un aumento trimestral más el pago de una suma fija.

 

El acuerdo celebrado este jueves con las cámaras empresarias establece un incremento salarial del 17 por ciento por los meses mayo, junio y julio. Tras pedido de la Fesitcara, la patronal también accedió a abonar un plus de 2.200 pesos por única vez por el mes de mayo.