Racing continúa de parabienes y volvió a ganar otro clásico. Luego del inolvidable triunfo sobre Independiente, ahora llegó el turno de vencer a San Lorenzo. Es así. La Academia se quedó con otro triunfo para el recuerdo, y esta vez, la víctima fue el Ciclón en el Nuevo Gasómetro, al que se impuso por 1 a 0 con gol de Mauricio Martinez.

Lo había anticipado Sebastián Beccacece en la conferencia de prensa, a poco más de un día del clásico en el Bajo Flores: “Si queremos salir victoriosos vamos a tener que ser muy criteriosos. Sabemos nuestro plan de juego para doblegar al adversario”. Y con el resultado puesto las palabras del entrenador estuvieron lejos de ser premonitorias, sino que resultaron ser una afirmación cabal de que la idea que se buscaba exponer se llevó a cabo con creces en el campo de juego y sirvió para quedarse con el clásico.

Ambos equipos salieron a la cancha más convencidos en exponer sus argumentos futbolísticos que en pensar de manera primordial en neutralizar a su rival. Fue por eso que a lo largo de la etapa se apreció un fútbol abierto y dinámico, a pesar de los vaivenes propios del juego y el correr de los minutos. Más allá del asedio en los primeros momentos por parte del local, fue Racing el que avisó a los 7´ con un cabezazo de Reniero, tras un desborde de Pillud, que se fue alto por sobre el travesaño. Poco más de diez minutos más tarde respondió el local, con una pelota dividida adentro del área luego de un córner, que devino en una chilena desviada de Romero. Cerca del final de la etapa, a los 37´, el paraguayo volvió a tener otra chance con un cabezazo, pero que no llegó a inquietar la valla académica. Racing fue para adelante con claridad conceptual e intensidad para ejecutar. Y tuvo su premio. Ya a los 26´ Rojas había reventado el palo izquierdo de Torrico con un remate rasante que iba directo al gol. Tres minutos más tarde,  Montoya le dio precisión a un tiro libre que viajó al vacío del segundo palo y allí Martínez apareció como un rayo entre Coloccini y Rodríguez para batir de cabeza la valla azulgrana. Y sobre el epílogo de la etapa, los de Beccacece coquetearon con la chance concreta de un segundo gol, pero primero no pudo Pillud y en la misma jugada el arquero local le sacó al diez racinguista un tiro cruzado con destino de red.

Con las defensas adelantadas, el partido se jugó mayoritariamente en una porción reducida del campo para ambos equipos. La Academia se paró con solidez en el fondo y priorizó el fútbol asociado junto a la sumatoria de pases, como forma de sumar progresivamente a una porción importante de futbolistas en ataque para acompañar a Reniero. El Chelo Díaz volvió a transformarse en el faro que iluminó el fútbol académico, tanto desde la distribución como desde el manejo de los tiempos para el armado de los embates ofensivos. Y delante de él, la línea conformada por Montoya, Zaracho, Miranda y Rojas aportó sacrificio, verticalidad y lucidez en partes iguales con la pelota en su poder.

Para el arranque del complemento el DT local buscó un golpe de efecto desde el banco e hizo ingresar a Piatti y a Hausch por Coloccini y Ramírez. Pero lejos de que las modificaciones o la orientación más ofensiva del local modificaran el semblante racinguista, la línea de juego esgrimida no cambió. La urgencia fue toda de San Lorenzo, pero el fútbol parsimonioso y decidido fue definitivamente de Racing. A los diez minutos entró al partido Licha López por Reniero, al mismo tiempo que el local puso en cancha a Oscar Romero y agotó sus variantes.

Cuando la etapa promediaba y San Lorenzo apretaba cada vez más cerca del arco de Racing, otra intervención providencial del guardameta local le ahogó el grito de gol a Rojas, después de una combinación exquisita con Lisandro. Entraron Soto y Fértoli. Salieron Miranda y Martínez. El equipo varió los nombres, pero no dejó librado a lo circunstancial su plan de juego. Volvió a hacerse fuerte con la pelota bajo su poder y a estirar las posesiones para jugar con el tiempo y con el resultado a su favor. Merodeó el arco de Torrico varias veces más y tuvo sus opciones como para darle cifras definitivas a la historia, pero también sufrió más de la cuenta con un tiro libre indirecto en contra adentro del área propia a poco del cierre. Al final el triunfo quedó en manos del equipo que mejor hizo las cosas para conseguirlo.

Ganó Racing, que se impuso en el clásico y volvió a sonreír de la mano de Beccacece en la presente Superliga, mientras sigue aspirando a terminar lo más arriba posible en ella. Y ganó el fútbol académico, que dejó en evidencia desde la acción de sus jugadores adentro de la cancha que todavía es posible justificar el resultado en base a una idea y no simplificar los hechos según la conveniencia del resultado. 

Con el triunfo, La Academia llegó a las 35 unidades en la Superliga y alcanzó la línea de Lanús, en la lucha por el ingreso a la Copa Libertadores 2021.