Tal como lo habían anticipado durante la feria judicial, familiares y allegados de David Benítez protagonizaron ayer una movilización en la puerta de los Tribunales de Lomas de Zamora para pedir justicia por la muerte del joven alcanzado por una bala perdida durante la Navidad pasada en Villa Centenario. 

Recién ayer se reunieron con el fiscal Gustavo Caram para pedir avances en la investigación, que permanece sin detenidos. Los reclamos principales de la jornada fueron por la liberación del único sospechoso, que estuvo algunas horas tras las rejas, y la demora de la pericia balística, tarea que consideran fundamental para esclarecer el hecho. 

“Ni siquiera hicieron la pericia balística para ver si la bala que mató a David coincide con las que secuestraron en la casa y ya lo largaron”, protestó en diálogo con el prógrama radial Política del Sur, la viuda de la víctima Carina Benítez. 

Se trata de un vecino que vive a pocas casas de la vivienda del fallecido, de nombre Pablo Landriel, cuyo domicilio fue allanado horas posteriores a la tragedia. En el lugar, la Policía encontró una escopeta y demás armas de poderoso calibre sin su autorización correspondiente, razón por la cual está imputado por “tenencia ilegal de arma de guerra”. 

“Pasa en frente de la familia de David con una sonrisa de oreja a oreja provocándonos todo el tiempo. Encima se burla de nosotros”, contó Carina.  

Según consta en el expediente de la causa, testigos citados a declarar como parte de la investigación afirmaron haberlo visto efectuando disparos al aire durante la Nochebuena del año pasado, y que incluso se habría filmado y publicado en redes sociales. Pese a ello, la Justicia de Lomas de Zamora resolvió liberarlo “por falta de pruebas”, lo que generó la indignación del entorno familiar de David. 

En declaraciones a este medio, su mujer recordó el cruel episodio que le tocó vivir.  “Pasaron las doce de la noche y salimos al patio interno de la casa. Mis nenes jugaban con espuma cuando escucho un golpe fuerte y le pregunto a David qué le pasaba”. En ese momento, el padre sus hijos se tomaba de la garganta y alcanzó a decir “me dieron un tiro, má”, antes de ser llevado de urgencia a la Unidad de Pronta Atención (UPA) de Villa Fiorito, donde murió minutos después. 

Además del pedido de justicia, la familia Benítez encabezó la marcha para visibilizar el caso y concientizar a la sociedad de lo grave que puede resultar efectuar disparos de armas de fuego en el aire, una de las consignas de la jornada. 

“Ese día estábamos todos en el patio y pudo haber sido cualquiera. Mis hijos, mi mamá o yo, pero le tocó a David. Esa persona tiró a matar a todo el mundo y no le importó nada, porque en la casa de al lado también cayeron muchas balas. Es un desquiciado que no debería tener un arma en la mano”, concluyó Carina. 

David Benítez tenía 30 años y era padre de dos criaturas que lo vieron por última vez durante la celebración de la Nochebuena del 25 de diciembre pasado en su casa de Villa Centenario. Ese día, encontró la muerte de manera trágica por culpa de una bala perdida efectuada por un asesino que continúa libre. 

En principio, la causa tuvo un sospechoso detenido. Sin embargo, ante la falta de pruebas, la Fiscalía prefirió liberarlo. 

La causa permanece a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, a cargo del fiscal Gustavo Caram.