

En tiempos donde las nuevas tecnologías de la comunicación acaparan toda la atención, las bibliotecas son un refugio para quienes mantienen el gusto por tener un libro entre sus manos. En el Día Nacional de las Bibliotecas Populares, la Antonio Mentruyt de Lomas de Zamora busca cómo aggiornarse a los nuevos tiempos y mantenerse activa pese a las dificultades económicas.
La biblioteca de Lomas funciona desde hace 119 años y guarda entre sus repisas cerca de 40 mil títulos, entre los que incluye las obras del escritor y periodista argentino Roberto Jorge Payró, libros de arte de 1900 y la colección de la revista Caras y Caretas del mismo siglo, que son consideradas como “reliquias” para las bibliotecarias del establecimiento.
Para mantenerse vigente, la Antonio Mentruyt ofrece a sus visitantes servicio de wifi y computadoras entre los escritorios. Sin embargo, la bibliotecaria Nadia Medina destacó cuán importante sería contar con material digitalizado. “Nos gustaría tener una biblioteca digital, pero todavía no se puede, tenemos los libros físicos”, indicó en comunicación con este medio.
Durante una época, la dirección de la Institución había apostado a reconvertir el espacio con una lógica más moderna: la biblioteca también funcionó como cafetería en la que se podía disfrutar de un buen libro y una rica infusión, pero no prosperó, lamentó Nadia.
“La biblioteca se tiene que transformar, ya no es el lugar de sólo el silencio. Así, con este formato no se va a mantener”, advirtió la referente, quien está a punto de graduarse en técnica superior en Bibliotecología. Pero reconoce también que “la situación económica” que atraviesa el país “no es la mejor para afrontar gastos en cambios”, por lo que las inversiones deberán esperar.
Otra de las problemáticas que afronta es la escasez de empleadas. Son solamente dos encargadas divididas en el turno mañana y tarde las que se encargan de “hacer visitas guiadas y catalogar todo el material. “Debería haber más personal”, reconoció. Las ofertas culturales como talleres y obras que funcionan en la planta baja del edificio son organizadas desde la administración.
La Mentruyt se mantiene gracias a donaciones, subsidios del Estado y la cuota de mensual de sus afiliados, que por 80 pesos reciben un carnet que les permite retirar hasta cinco libros por mes. Según la visión de la bibliotecaria, se debería “reversionar” el sistema para atraer a “las nuevas generaciones”. Está abierta de lunes a viernes desde las 10 hasta las 20 y los sábados desde las 9 hasta las 13, con ingreso libre y gratuito.
En promedio, son entre 40 y 50 personas por día las que recorren los estantes de la biblioteca de Lomas en los que se mezclan títulos de literatura latinoamericana, con historias de acción y retratos de autores consagrados como Jorge Luis Borges que decoran las columnas.
Además, recibe estudiantes de primaria, secundaria y terciarios que recurren a los libros para completar sus tareas. Ante el mito de que “los adolescentes ya no leen”, Nadia respondió: “Los profesores les dicen que vengan a la biblioteca porque para hacer los trabajos es importante citar las fuentes, así que todavía necesitan el libro para estudiar”, al tiempo que ponderó la idea de que “todavía es lindo tocar un libro”.